Los secretos de la Capilla Sixtina, donde el cónclave eligirá al nuevo papa
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Si entras al corazón del Vaticano, vas a encontrar una sala sin ventanas donde el mundo se queda fuera. Es ahí donde se apagan los celulares, se cierra la puerta con la frase en latín “extra omnes” (todos fuera) y comienza una de las decisiones más esperadas por millones de personas. La Capilla Sixtina no solo resguarda algunas de las obras más reconocidas del arte occidental, sino que también es el recinto donde los cardenales votan en secreto para elegir al papa. Desde su estructura hasta sus reglas, todo en este lugar tiene un significado preciso.
¿Quién pintó la Capilla Sixtina? ¿Dónde está y desde cuándo se elige ahí al papa?
La Capilla Sixtina fue decorada en etapas. En los muros laterales se encuentran frescos de los años 1481 a 1483, encargados por el papa Sixto IV a artistas renacentistas como Botticelli, Perugino, Ghirlandaio, Rosselli y Signorelli, quienes narraron historias del Antiguo y Nuevo Testamento. La bóveda fue intervenida por Miguel Ángel entre 1508 y 1512. En esa superficie pintó nueve escenas del Génesis, entre ellas la Creación de Adán. Según el sitio oficial del Vaticano, estas obras marcaron un cambio radical en el lenguaje pictórico del Renacimiento. En la pared frontal, Miguel Ángel también pintó el Juicio Final entre 1536 y 1541, por encargo del papa Clemente VII y el impulso de Pablo III. En palabras del propio artista, el trabajo le resultó ajeno porque se consideraba escultor, no pintor, pero aceptó el reto. La Capilla Sixtina está en el Palacio Apostólico del Vaticano, sobre los Museos Vaticanos. Desde 1878 es el lugar oficial del cónclave, de acuerdo con las normas fijadas desde el pontificado de Pío IX, y retomadas por León XIII. Antes de esa fecha ya se había utilizado para elegir papas como León X en 1513 y Urbano VIII en 1623, pero de forma ocasional. La elección ahí se mantuvo por el valor simbólico del recinto y su cercanía con las estancias papales. El Vaticano explica que en el cónclave se cierra la capilla tras la orden de “extra omnes”, los cardenales votan en silencio, y si hay humo blanco, se anuncia al nuevo papa. En ese momento, el elegido pasa a otra sala contigua.
Las pinturas de la Capilla
En los muros laterales hay dos ciclos: uno representa episodios de la vida de Moisés y el otro, escenas de la vida de Jesucristo. Estas obras, realizadas a fines del siglo XV, incluyen detalles arquitectónicos y paisajes típicos del Renacimiento. Entre ellas se encuentran frescos como El castigo de Coré y La entrada de Cristo en Jerusalén, realizados por artistas como Botticelli, Perugino, Ghirlandaio, Rosselli y Signorelli. El techo pintado por Miguel Ángel tiene escenas del Génesis: la Creación de Adán, el Diluvio Universal, el Paraíso Terrestre, entre otras. Estas escenas están flanqueadas por profetas y sibilas que acompañan el relato bíblico. El vaticano señala que la distribución de las escenas sigue una estructura arquitectónica imaginaria que organiza el relato sagrado en varios niveles visuales. En la bóveda también se pueden ver elementos decorativos que combinan figuras humanas con representaciones simbólicas del Antiguo Testamento. Miguel Ángel diseñó esta narrativa completa durante cuatro años de trabajo continuo, bajo encargo del papa Julio II. Las imágenes fueron concebidas para ilustrar el inicio del mundo, el pecado original y la redención. Frente al altar, el Juicio Final ocupa toda la pared. Cristo aparece juzgando a las almas, acompañado de santos, mientras los justos ascienden y los condenados caen. Esta obra fue ejecutada entre 1536 y 1541 por orden del papa Pablo III. En total se representaron cientos de figuras humanas en movimiento, y es considerado por National Geographic como uno de los frescos más complejos del Renacimiento.
Sala de las Lágrimas, lugar donde entra el nuevo papa
Las pinturas de la Capilla Sixtina no solo ilustran escenas bíblicas, sino que también sintetizan la evolución del arte desde los primeros pintores renacentistas hasta la madurez expresiva de Miguel Ángel. Cada sección de la capilla fue cuidadosamente pensada para dar continuidad al mensaje religioso, desde la vida de Moisés hasta el destino final del alma según la fe cristiana. Frente al altar, el Juicio Final ocupa toda la pared. Cristo aparece juzgando a las almas, acompañado de santos, mientras los justos ascienden y los condenados caen. Esta obra fue ejecutada en una sola superficie y representa el cierre iconográfico del lugar. La Sala de las Lágrimas está contigua a la Capilla Sixtina. Es una habitación pequeña donde entra el nuevo papa en cuanto acepta su elección. Allí permanece unos minutos antes de salir al balcón central. En esa sala se viste por primera vez con los ornamentos papales, como la muceta, el solideo y la cruz pectoral. Según describe National Geographic, el nombre se debe a que algunos papas, como Pío XII, se han emocionado profundamente en ese espacio. Aunque el nombre no aparece en documentos oficiales, forma parte de la tradición del ritual. Después de cambiarse, el pontífice se dirige a la Basílica de San Pedro para dar la bendición Urbi et Orbi.
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