Los activistas de la flotilla comparecen ante un tribunal en una cárcel de máxima seguridad de Israel
La prisión de máxima seguridad de Ketziot, en el desierto del Neguev, junto a la frontera de Israel con Egipto, a unos 180 kilómetros al sur de Tel Aviv, se alza en un lugar desolado; una extensión de tierra yerma lejos de casi todo en el reducido territorio de Israel, en la que se levantan nubes de arena a cada paso. Los muros de ese penal de siniestra memoria para los palestinos esconden varios barracones, que apenas se vislumbran desde una gasolinera a algo menos de dos kilómetros. Ketziot fue el principal centro de detención de la primera Intifada, el alzamiento de los palestinos que comenzó en diciembre de 1987 en Gaza contra la humillación, los abusos y la miseria, hijas de la ocupación israelí.
