Lloran en Michoacán la muerte de un padre a manos de ICE en Chicago

Familiares y amigos se reunieron el viernes en una pequeña ciudad mexicana para llorar y pedir justicia por un hombre de 38 años, padre de dos hijos, que murió a manos de un agente de inmigración durante un intento de detención en un suburbio de Chicago a principios de este mes. Silverio Villegas González abandonó Irimbo, en el estado mexicano de Michoacán, rumbo a Estados Unidos hace 18 años. Regresó el jueves en un ataúd, después de que un agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos lo matara a tiros el 12 de septiembre.
El viernes por la tarde, una sombría procesión siguió su féretro hasta una misa funeral.
“Tenemos mucho dolor”, dijo a Reuters entre lágrimas el hermano mayor de Villegas, Jorge Villegas.
“Con todo lo triste que esto es, por lo menos mi hermano ya está aquí, ya podemos darle cristiana sepultura, esto es un alivio de cierta manera”.
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El asesinato de Villegas, justo después de dejar a sus dos hijos en una escuela primaria y una guardería cercanas, ha inflamado la tensión sobre la agresiva represión de la inmigración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y ha puesto de relieve las tácticas cada vez más violentas de los agentes de inmigración.
“Era un buen padre. No merecía lo que le pasó”, dijo el hermano Jorge.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos dijo que un agente disparó su arma frente Villegas en defensa propia después de que el hombre condujera su vehículo hacia los agentes. Las grabaciones de las cámaras corporales y los documentos revisados por Reuters muestran una versión más compleja de los hechos.
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Tanto el gobernador de Illinois, JB Pritzker, como la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, han pedido que se investiguen más a fondo las tácticas de los agentes del ICE.
“Yo la verdad espero que se haga justicia. La amanera como lo mataron, como pasaron las cosas, no se pueden quedar sin un castigo”, dijo Jorge.
Blanca Ávila, que fue a la escuela con Villegas, dijo que lo recuerda como un hombre humilde y un buen compañero de clase, y que su muerte ha despertado temores en sus hermanos que viven en Estados Unidos.
“Ellos salen a trabajar con el temor de que vaya a llegar migración y les haga algo, así como paso con el compañero”, dijo Ávila.
“Somos gente humilde y muy trabajadora, como era Silverio”
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