Ley telecom de Sheinbaum legaliza la preferencia del Estado por Altán Redes

Ley telecom de Sheinbaum legaliza la preferencia del Estado por Altán Redes

La nueva ley de telecomunicaciones de México oficializa la preferencia que el gobierno federal ha venido presentando por la empresa público-privada Altán Redes en el último lustro. 

El proyecto de ley habla en su contenido de reservas de espectro sin costo económico para el Poder Ejecutivo y de cómo éste puede controlar empresas de telecomunicaciones y comercializar productos en el mercado minorista, si fuera éste uno de sus planes.

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“El Poder Ejecutivo federal podrá proveer el servicio de Internet a usuarios finales por sí o mediante asociación público-privada. Y en este último caso, siempre que el Estado mantenga en todo momento la dirección y el control del proyecto”.

El párrafo significa una pesadilla para el capital privado, porque en esas 39 palabras se abre la posibilidad legal de que el Poder Ejecutivo solicite espectro radioeléctrico de manera gratuita y apto para servicios 4G y 5G, para luego entregarlo a la empresa de telecomunicaciones mayoristas Altán Redes, donde el Estado, a través de la banca de desarrollo y la estatal eléctrica CFE, ya dirige a la compañía.

Pareciera entonces que ese párrafo fue escrito conforme el contexto que viven Altán y la estatal CFE Telecom dentro del mercado móvil mexicano.

El problema no sería tanto la asignación del espectro sin licitación o sin contraprestación, sino el nivel de pago de derecho anual que debería hacer el operador estatal en relación con los privados para no vulnerar la competencia del mercado móvil.

Altán Redes fue rescatada de la quiebra en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Luego el presidente le inyectó unos 490 millones de dólares en diferentes periodos para regresarla competitiva al mercado. Y más tarde, la Comisión Federal de Electricidad usó su músculo para comprar la deuda de Altán a varios acreedores al 10% de su valor.

Primero se pensó que el rescate significaba un plan del gobierno federal para apoyar los objetivos de cobertura social que dieron sentido a la existencia de Altán, pero después Altán comenzó a crecer más en los mercados urbanos que en las áreas rurales y abiertamente solicitó su acceso al mercado minorista, que todavía tiene vedado. Y al mismo tiempo, el gobierno federal le permitió a Altán pagar tardíamente su tributación por la explotación de sus licencias de espectro en la banda de los 700 MHz, cuando Telcel, AT&T y Movistar pagaban uno de los precios más altos del mundo por usar espectro.

El proyecto de Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión llega ahora con vitaminas para Altán, porque deja abierta la posibilidad de que esa compañía entre a competir directamente al mercado minorista, por ello es que esta ley presenta un espíritu de preferencia por Altán Redes.

“Existe el peligro de que se dé un trato preferencial hacia un operador estatal, lo que impactaría negativamente al mercado”, dijo el analista José Felipe Otero. Incluso, “el gobierno podría fortalecer con asignaciones directas a Altán y luego forzar a todas las dependencias federales a contratarle sus servicios de telecomunicaciones a este operador, sin subasta pública ni competencia”, dijo el director de la consultora especializada en telecomunicaciones ICT Development Consulting.

No sólo ello, la propuesta de ley presentada por la Presidencia de la República al Congreso de la Unión para su aprobación también es un maná para BAIT de Walmart, porque si Altán consigue, mediante la nueva ley, acceder a frecuencias de las bandas radioeléctricas de los 600 MHz, de 1.5 GHz o en los 2.5 GHz y en 3.5 GHz, que todavía están disponibles en paquetes nacionales para crear potentes servicios de 5G, entonces el operador de Walmart tendría asegurado a ese acceso al ser el principal cliente celular de Altán.

Es por ello que los competidores de Altán y BAIT estarían desconcertados por el contenido de este proyecto de ley que podría lastimar las inversiones privadas y distorsionar el mercado, por mucho que el Estado también estudie la posibilidad de reducir a los operadores privados los cobros por la explotación de sus licencias de espectro.

“Esta nueva ley va a lastimar la inversión y es más bien una invitación para que los operadores mejor se vuelvan virtuales y trabajen sobre la red de Altán, porque como está escrito el proyecto hay una real posibilidad de que se le entreguen valiosas bandas que a los privados venden caro”, dijo Jorge Fernando Negrete, presidente de DPL Group.

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Pero el proyecto de nueva ley de telecomunicaciones, conforme su redacción, evidencia algo más allá de las asignaciones de espectro sin costo y que el gobierno reiteradamente ha negado: que la autoridad reguladora no sería tan imparcial, al estar bajo el paraguas del Poder Ejecutivo, donde también se encuentran CFE Telecom y de donde además salen las decisiones para dirigir también Altán, hechos que contravendrían el T-MEC.

“Como viene ese proyecto, se otorgará un trato más favorable a un proveedor de servicios de telecomunicaciones, sobre la base de que es propiedad del gobierno y lo que hace el gobierno no se considera monopolio, según la reforma del 2024 (…) Así, el regulador pierde su neutralidad competitiva, regulatoria y de política pública. Es decir, la nueva ley viola el T-MEC”, dijo Negrete.

Altán, con un buen liderazgo que en 2022 vino de la Secretaría de Hacienda, camina poco a poco y este año presentaría negros por primera vez en su historia. Altán necesita espectro adicional para ser competitiva y su crecimiento beneficia al sector y a los usuarios, nadie lo niega, platicó Fernando Borjón, consultor senior en la firma Access Partnership.

La cuestión está en que el crecimiento de Altán, dirigido por un gobierno o por el capital privado, debe basarse en un marco legal de oportunidades equitativas para todos los actores.

“La nueva ley está abriendo la oportunidad de que este operador mayorista tenga la posibilidad de tener servicios adicionales (…) Entonces eso altera las condiciones del mercado y dejará el mercado con una competencia inequitativa. Esto lo van a poder hacer, porque le entregan espectro sin cobro; porque lo que hace el Estado no es monopolio y porque tienen los votos para aprobarlo”, dijo Fernando Borjón. “El problema está que esta reforma no incentiva la inversión para las empresas privadas, que verán que este no es un buen momento para en México invertir”.

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