Las monedas estables y la hegemonía global del dólar

Las llamadas monedas estables, o stablecoins, son una de las innovaciones de tecnología financiera más interesantes de los últimos años. Gracias a su ingenioso funcionamiento y a la adopción de un marco regulatorio favorable en Estados Unidos tienen el potencial de afianzar la preponderancia del dólar como la moneda más importante de reserva, comercio y flujos financieros en el mundo.

Las monedas estables son criptomonedas emitidas por alguna entidad que las pone en circulación mediante tecnología blockchain sobre protocolos descentralizados y respalda su valor manteniendo activos equivalentes en reserva. Tienen todos los beneficios de las criptomonedas: pueden transferirse sin fronteras, en cualquier momento, de manera prácticamente inmediata, muy segura, y a un costo muy bajo. Los emisores suelen ser empresas privadas que garantizan la redención de sus monedas a su valor nominal (por ejemplo, 1 dólar por 1 moneda), disminuyendo drásticamente la volatilidad de su precio, una de las barreras de adopción más importantes de otras criptomonedas, como Bitcoin. Varias empresas financieras, tanto las consideradas como tecnológicas, como PayPal y Ripple, así como otras más “tradicionales”, como BBVA, ya han emitido sus monedas estables o han anunciado que lo harán en los próximos meses. Inclusive, empresas no estrictamente financieras, como Walmart y Amazon, están considerando hacer lo propio.

Aunque las monedas estables pueden, en principio, estar respaldadas por cualquier activo (dólares, euros, acciones, materias primas, etc.), en la práctica, cerca de la totalidad de las que circulan actualmente están respaldadas con dólares (aproximadamente la mitad con bonos del Tesoro americano y la otra mitad con efectivo y otros instrumentos altamente líquidos). Casi el 90% han sido emitidas por dos compañías, ambas basadas en Estados Unidos: Tether, con una moneda estable (USDT) cuya capitalización de mercado es de más de 180 mil millones de dólares, y Circle, con una (USDC) que vale más de 75 mil millones de dólares.

A diferencia de la administración Biden, Trump entiende el potencial de las monedas estables, por lo que promovió una regulación apropiada que fomentara su adopción. Esta regulación, conocida como la Genius Act, obliga a los emisores de monedas estables a registrarse formalmente y cumplir con controles estrictos de reservas, transparencia y reportes financieros. Los emisores están obligados a mantener las reservas que respaldan a estas monedas en dólares o bonos del gobierno de corto plazo, separadas de su patrimonio (ya que son consideradas propiedad de los tenedores de las monedas y no del emisor ni de sus acreedores). La Genius Act no solo regula a los emisores, sino también a las plataformas de intercambio y a los proveedores de servicios relacionados, los cuales, al igual que los emisores, están obligados a implementar medidas de identificación de clientes y monitoreo de transacciones, así como reportes periódicos a autoridades sobre actividades sospechosas.

Las monedas estables emitidas en Estados Unidos abren la posibilidad, a cualquier persona con un dispositivo inteligente en cualquier parte del mundo, de tener acceso a dólares. Esta es una de las principales razones que llevaron a Trump a apoyar esta tecnología, buscando que se convierta en una fuente cada vez más importante de demanda global de dólares y, sobre todo, de deuda del gobierno americano. De este modo, contribuirían a una disminución en el costo de financiamiento del déficit estadounidense y tenderían a afianzar la preeminencia del dólar en el comercio global. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó que la Ley Genius es “esencial para asegurar el liderazgo estadounidense en activos digitales”, y que las monedas estables “ampliarán el acceso al dólar para miles de millones en todo el mundo”, lo que sería una “ganancia triple para todos los involucrados: usuarios, emisores y el Departamento del Tesoro”

El atractivo de poseer y usar dólares cotidianamente puede ser muy relevante para personas en países emergentes cuyas monedas han sido históricamente inestables, como Argentina. Pero no solo los BRICS están poniendo atención al desarrollo de las monedas estables. El Banco Central Europeo (BCE) publicó recientemente en su blog que “si los stablecoins en dólares estadounidenses llegaran a usarse ampliamente en la zona del euro —ya sea para pagos o ahorros— el control del BCE sobre las condiciones monetarias podría debilitarse”, y la “dominancia del dólar estadounidense otorgaría a Estados Unidos ventajas estratégicas y económicas, permitiéndole financiar su deuda a un menor costo mientras ejerce influencia global”, lo cual no está lejos de volverse realidad. El monto de las reservas de monedas estables en dólares supera ya el monto de las reservas internacionales de muchos países, incluyendo Alemania y Arabia Saudita. En los últimos 18 meses, el valor en circulación se ha duplicado, pasando de 120 mil millones a 250 mil millones de dólares. Diversos analistas anticipan que su valor podría sobrepasar el billón de dólares en un par de años, volviéndose una pieza clave del sistema financiero global.

* El autos es profesor y director del área de Entorno Económico de IPADE Business School

X: @RRamirezdeAlba

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