Las medidas de Trump hunden a los estudiantes extranjeros en la incertidumbre
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La represión creciente del presidente Donald Trump contra las universidades de élite provoca que muchos estudiantes internacionales desistan de estudiar en Estados Unidos y genera ansiedad entre los alumnos ya matriculados. La campaña contra las universidades que, de acuerdo con el presidente republicano, obstaculizan la ejecución de su agenda populista “Make America Great Again” (Hagamos a Estados Unidos grande otra vez), pone en riesgo la continuación de muchos de los cerca de un millón de estudiantes extranjeros en el país.
Sueños en pausa
Trump busca prohibir a la Universidad de Harvard acoger a estudiantes extranjeros en una medida que un juez suspendió. La administración también detuvo con vistas a su deportación a estudiantes extranjeros, revocó el visado de otros y más recientemente, suspendió de forma generalizada la tramitación de visados de estudiante. Mariana Ramírez, una fotoperiodista mexicana, es una de las afectadas por esta última medidas. La semana pasada, le fue otorgada una beca que cubría el total de la matrícula para cursar un programa de fotografía documental en una escuela en Nueva York. La fotógrafa, quien pidió no usar su nombre real por cuestiones de seguridad, explicó que muchos estudiantes que son aceptados en el mismo programa que ella suelen cursar sus estudios uno o dos años después de ser aceptados, para reunir el dinero necesario para cubrir la matrícula, que es de 37,000 dólares (740,000 pesos mexicanos). Ella postuló a una beca que se da a estudiantes latinoamericanos para cubrir la totalidad de la matricula. Inicialmente no se quedó con este apoyo. “Me escribieron para decirme que estaba en segundo lugar de los postulantes. No me dieron la beca completa, pero subieron mucho el apoyo que había recibido originalmente. De 5,000 dólares me pasaron a 12,500”, dijo. Más un apoyo de 10,000 dólares que todos los postulantes latinoamericanos recibieron, ella solo deberá costear 15,000 dólares (300,000 pesos mexicanos).
Sin embargo, una semana más tarde, poco después de que se diera a conocer la noticia de la suspensión de las entrevistas para visas de estudiante, el ganador original de la beca renunció al apoyo. Ramírez dice que no sabe la razón exacta por la que su compañero decidió no estudiar este año en Nueva York, pero comenta que en los grupos de chat en lo que está, se hacen comentarios nerviosos sobre las medidas de Trump. Mariana cuenta que no inició aún sus trámites de visado, pues espera recibir las traducciones oficiales de los estados de cuenta bancarios que acrediten su solvencia económica necesaria para cursar sus estudios y enviarlos a la universidad, que ya con ello, le enviará la forma I-20 necesaria para comenzar el trámite migratorio. “Confío en que, justo en este tiempo mientras termino mis trámites, emitan los nuevos requerimientos para obtener la visa de estudiante”, indica Ramírez. También espera, que como en otras de sus medidas más polémicas, Trump dé marcha atrás por la presión pública. Para la fotógrafa otra fuente importante de preocupación es su activismo a favor de Palestina, pues sabe que el gobierno de Trump lanzó una ofensiva contra los estudiantes que participaron en las protestas contra la guerra en Gaza de 2024. “Me siento triste a que te obliguen a no posicionarte políticamente”, dice. Afirma que piensa en un plan de acción, pues aunque le duele ocultar una causa que considera importante, tampoco quiere perder esta oportunidad.
“Me pesa pensarlo, esconderme, he crecido con la libertad de tomar una posición política, pero también tengo un sueño que quiero cuidar”, dijo. En caso de que su visa sea rechazada, indica que aún tendría otras oportunidades para estudiar en la escuela en Nueva York, pues su cupo está reservado, pero debería renunciar a la beca, por lo que prefiere intentarlo. Además, dice, nada le garantiza que en uno o dos años la situación no será peor.
Tristeza, enojo y ansiedad Para los estudiantes que ya residen en Estados Unidos, la situación sobre su futuro académico no es menos incierta. Un estudiante mexicano del doctorado en Historia de la Universidad Estatal de Nueva York, quien pidió dar su testimonio en condición de anonimato, explica que teme que su visa de estudiante pueda ser revocada pronto, pues recibió hace poco una advertencia. “Acabo de tener que cerrar mi cuenta de Twitter porque me mandaron un mensaje del área migratoria de mi universidad, del área de estudiantes internacionales, diciendo que soy un potencial objetivo de las revocaciones de visa por mi perfil muy público”, indica. Recordó que las autoridades migratorias revocaron hace poco la visa de una compañera suya por tener un “encuentro con la ley”, después de recibir una infracción por manejar bajo la influencia del alcohol. El estudiante mexicano contó que una tarde en un bar, un ciudadano estadounidense lo acorraló con preguntas sobre su estatus migratorio. “Yo le decía que solo era estudiante y que no quería problemas. Por suerte el personal del bar me lo quitó de encima, pero me empezó a decir ‘Fucking illegal, go back to your country’”, relató.
El alumno de la Universidad Estatal de Nueva York dijo que le preocupa este tipo de incidentes, ya que los estudiantes extranjeros eran, hasta hace no mucho tiempo, el grupo de migrantes más respetados. El que él y otros conocidos suyos reciban este tipo de insultos le parece el síntoma de un aumento grave en el nacionalismo blanco en Estados Unidos. Este estudiante indicó que busca quedarse en Estados Unidos hasta el final de su programa de doctorado, pero que en caso de que su visa sea revocada regresará a México para intentar acabar sus estudios a la distancia, un plan que la universidad en la que estudia prepara, o buscar revalidar sus estudios en alguna institución mexicana. Para este estudiante, la situación le causa tristeza por sus amigos que ya fueron deportados o que temen por la expulsión de sus seres queridos, enojo por no defenderse como quisiera de ataques como el que sufrió en el bar por temor a tener encuentros con la autoridad, y ansiedad de perder el avance de sus estudios. “Te soy honesto, ya quisiera regresar a México, pero llevó muy avanzado el programa y me daría mucho coraje por todo el trabajo y la dedicación que le metí. Además, por toda esta situación política, me parece que es una forma de resistencia decir ‘pues vamos a terminar nuestros estudios’”, explicó.
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