Las implicaciones los narcobloqueos…

Esta semana, los distintos eventos que se presentaron en Guanajuato, Jalisco y Michoacán, donde entre quema de vehículos, tractocamiones, bloqueos de vías de circulación y tiendas de conveniencia, que asolaron la vida de personas en al menos 30 municipios, junto con la quema de autobuses de pasajeros en distintos puntos de Los Cabos, en Baja California Sur, nos dejan inquietudes importantes, sobre la capacidad de control de espacios que han desarrollado los grupos criminales en los últimos años. Así, mientras las versiones oficiales explicaron que se trató de enfrentamientos entre dos grupos delictivos disputándose los territorios, y las versiones no oficiales intuyen que pudo tratarse de un supuesto intento de captura de un líder regional, la capacidad de despliegue territorial y de fuego de estos grupos, evidencia entre otras cosas, que el aprendizaje criminal sobre los territorios que operan, ha evolucionado con el paso de los años, mismo que se evidencia en los dónde, cómo y cuándo son capaces de organizar manifestaciones de diversificación de fuerzas en espacios estratégicos para inmovilizar, contener o detener a grupos contrarios o a las fuerzas del orden.

Lo que vimos la semana pasada, no es solamente el despliegue de los denominados “narcobloqueos” para detener enemigos que buscan incursionar a los territorios. Las acciones que inmovilizaron treinta localidades nos permitieron observar el comportamiento coordinado y despliegue de fuerza de los grupos delictivos, dejando ver la capacidad de organización, expansión y sometimiento de espacios de interés en cuestión de horas, en lugares tácticos que paralizaron la circulación y que, a su vez, blindaron cualquier movimiento de las autoridades del orden a nivel local y regional que intentara hacerles frente. Los espacios de interés logístico son los que han logrado no solo apropiar, sino descifrar cuando sus estructuras, logísticas y territorios se ven en riesgo de ser desestabilizados.

El pasar de los años, ha permitido que la expansión y control territorial se vuelva el aprendizaje por excelencia de la lógica criminal, ya que cuando se entiende el valor de los espacios, las rutas de trasiego y de gestión de lógicas económicas ilegales, la ventaja estratégica de dominación y distribución de fuerzas frente a grupos contrarios o autoridades del orden es determinante. Por otra parte, no sólo se trata del control de rutas, sino que además pueden gestionar bases de apoyo para blindar con poblaciones circulación a regiones de interés y desplegar conflictos en zonas pobladas urbanas, que pueden ser muy peligrosas. El conocimiento de los espacios, a su vez les dan ventaja de intervención para implementar, consolidar o desarticular redes de contubernio y generar nuevas distribuciones de fuerza a nivel político, económico y social. Esto no se trata solo de agentes prioritarios, ni detención de generadores de violencia, sino de un despliegue más complejo que implica objetivos de expansión y control espacial y a partir de ahí el despliegue de fuerzas que logran consolidar en los espacios de interés. Quien controla los espacios lleva ventaja sobre la logística económica ilegal y el debilitamiento de los contrapesos legales.

Esta es una realidad, que nos habla de los retos que los gobiernos tanto a nivel federal como estatal y local tienen por delante. La pregunta ante esta realidad es ¿Qué y cómo harán las instituciones de seguridad frente a estas capacidades y logísticas delictivas para redistribuir sus fuerzas? ¿Qué mecanismos de contención implementar, más allá de solo enfocarse en la captura objetivos o generadores de violencia, decomiso de armamento y drogas? … Insisto que quien entiende los espacios puede situar objetivos claros e incluso adelantarse y calcular la intensidad de los conflictos que puedan desarrollarse o prevenirse…Quizá solo es cuestión de observar el panorama desde otros márgenes y con otra perspectiva.

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