Las cinco preguntas que debes hacerte cada vez que te pagan (Parte 5 de 5)

Las cinco preguntas que debes hacerte cada vez que te pagan (Parte 5 de 5)

Cuando hacemos un plan de gastos, nunca sabemos exactamente cómo será el futuro. Muchas veces estamos estimando, con fundamentos, en cuánto vendrá el recibo de la luz o cuánto necesitaremos para comprar alimentos en un mes que tiene un fin de semana extra.

Por eso, a medida que la vida sucede, ese plan se tiene que ajustar. Lo he explicado muchas veces con este ejemplo: se anuncia el concierto de nuestro grupo favorito y nos morimos por ir. La preventa de boletos será en los próximos días.

Te puede interesar

¿Qué hacemos entonces? Nos adaptamos. Cambiamos nuestro plan. Esto, de hecho, es lo que hace que nuestro plan funcione. Es cuando no hacemos los cambios, que todo se desmorona. La clave de un plan de gastos es, por lo tanto, su flexibilidad.

En esta serie también he mencionado también que los cambios se pueden y se deben hacer cada vez que sea necesario. Incluso en el momento. Porque el plan es una herramienta que nos guía y nos ayuda a tomar decisiones de gasto.

Muchas personas, antes de gastar, sólo miran si tienen dinero disponible en su cuenta de nómina. En ese caso compran, lo registran y luego se dan cuenta que “se pasaron de su presupuesto”.

Cuando uno tiene un plan de gastos, uno primero ve si puede gastar (si hay dinero disponible en esa categoría). Si no lo hay y aún así uno quiere hacer esa compra, entonces ve qué cambios puede hacer en su plan para permitírselo. ¿Puedo tomar o mover dinero desde otra categoría donde tengo un excedente? ¿Qué es más importante? Si no se puede, uno aún puede decidir si quiere comprar a crédito (tomar una deuda, sabiendo de antemano cómo el pago mensual afectaría su flujo de efectivo los siguientes meses). Es así como se pueden tomar decisiones informadas y razonadas.

La quinta pregunta que uno debe hacerse al hacer su plan de gastos es:

5 – ¿Hay algún cambio que necesito hacer?

La idea es darle una última revisada al plan, para ver que no se nos haya olvidado nada. Así de sencillo. Porque uno a veces pasa cosas de largo.

Por otro lado, cada ingreso es distinto. Si te pagan por semana es posible que en una tengas que destinar todo tu dinero a obligaciones y en otras tengas mayor flexibilidad. Si tu ingreso es altamente irregular, quizá en meses buenos hayas asignado más de lo necesario a ciertas categorías y menos en otras. Hacerte esta pregunta te ayuda a revisar y hacer los cambios para que tu plan refleje mejor tus necesidades actuales.

Hacer un plan de gastos es un proceso dinámico. No es cosa de sentarse una vez al mes y olvidarse del asunto. Por el contrario: es una herramienta que uno utiliza todos los días.

Cada vez que recibimos dinero le tenemos que asignar un trabajo. Abrimos nuestro plan y vemos qué categorías necesitan fondearse, empezando por nuestras obligaciones inmediatas (los pagos que vencen los siguientes días).

Una vez que las hemos cubierto, pasamos a las obligaciones que no ocurren cada mes, pero que también tenemos que enfrentar (gastos irregulares).

Después podemos pasar a nuestros deseos, a las cosas que queremos lograr. Pronto nos daremos cuenta que si nuestros demás gastos y otros compromisos (como pago de deudas) fueran menores, tendríamos más dinero disponible para lo que nos gustaría hacer. Eso nos podría motivar a recortar otras cosas que quizá sean menos importantes. Todo dependerá de nuestras prioridades.

Un plan de gastos también es un proceso de aprendizaje continuo. Las primeras veces cuesta mucho trabajo. A mí me costó meses acostumbrarme al proceso. Sobre todo porque me pagaban por quincena, pero estaba acostumbrado a planear todos mis gastos del mes. Además, como ya conté desde el primer artículo de la serie, vivía sin darme cuenta un mes por detrás. Eso significaba que tenía más obligaciones que dinero por asignar. Era muy frustrante.

Por eso, estas cinco preguntas deben ser parte de la rutina y te las debes hacer cada vez que te pagan. De esta forma te acostumbras a:

1. Asignar a cada peso que ganas un trabajo.

2. Tomar en cuenta y preparar tus gastos irregulares. De esta forma cuando llegan, tienes el dinero disponible y las puedes cubrir sin problema.

3. Poco a poco, vivir un mes por delante y no por detrás, lo que significa tener una capa de seguridad adicional y una tranquilidad que sólo se puede entender cuando se experimenta.

4. Tener tus sueños y anhelos en cuenta, porque son los que dan sentido a la vida. Es la única forma de poderlos, eventualmente, realizar.

5. Revisar tu plan no sólo cada vez que lo haces, sino continuamente, a medida que la vida pasa.

admin