Las cinco preguntas que debes hacerte cada vez que te pagan (Parte 3 de 5)
Un plan de gastos consiste esencialmente en asignarle a cada peso que ganamos un trabajo. Eso incluye los gastos irregulares. Las dos primeras preguntas que ya hemos abordado hablan precisamente de esto.
La tercera pregunta ayuda a fortalecer nuestra posición financiera y nos da mucha tranquilidad:
3 – ¿Cuánto de mi dinero puedo destinar para preparar el siguiente mes?
Imagínate que cuando recibes tu sueldo, este mes ya lo tienes cubierto. No te tienes que preocupar. Eso te permite empezar a preparar el mes siguiente con el dinero que acabas de cobrar (recuerda: nunca dejes dinero sin asignar – cada peso debe tener un trabajo porque si no hará lo que le venga en gana).
Entiendo que para mucha gente, al principio, esta pregunta puede no tener mucho sentido. Recuerda lo que te conté desde la primera parte: cuando yo empecé a hacer mi plan de gastos, me di cuenta que vivía un mes por detrás y me costó mucho trabajo. Pasaron algunos meses hasta que pude ponerme al corriente. Eso me impedía asignar la cantidad completa que realmente necesitaba para fondear mis gastos de ese mismo mes ni muchos de mis gastos irregulares. Pero poco a poco fui progresando.
Entonces, hubo un tiempo en el que la respuesta a esta pregunta era: nada. De todos modos me la hacía, porque esto entrena la mente.
Pero eventualmente lo logré y empecé a dejar aunque fueran 10 pesos para el mes siguiente. Con el tiempo se va formando una “bola de nieve”. Cuando parte de los gastos del siguiente mes ya están fondeados, hacer el plan es un poco más fácil. El siguiente será aún más sencillo y así sucesivamente. Es un círculo virtuoso.
Eso da una tranquilidad abrumadora. Si por alguna razón no recibiera un pago este mes, no me estreso: lo tengo cubierto. Para quienes reciben ingresos irregulares, este método ayuda muchísimo. Pueden aprovechar los meses “muy buenos” para preparar los meses malos, en los que recibirán un ingreso mucho menor. Para la
gente que tiene un salario fijo pero también recibe ingresos extras como bonos, aguinaldo o prima vacacional, asignar parte de ese dinero a los siguientes meses puede ser una gran idea.
Esto construye resiliencia financiera. Es poner un colchón entre el hoy y el futuro. Pero además, recuerda que una de las características del plan de gastos es su flexibilidad: lo podemos (y debemos) cambiar y ajustar siempre que es necesario. Entonces, si por alguna razón este mes se vuelve complicado, sucede algo inesperado, podemos reasignar nuestro plan y traernos de regreso dinero que habíamos asignado al futuro.
El plan de gastos es una herramienta dinámica, hecha para que tomemos decisiones informadas con nuestro dinero y usarlo TODOS los días. Cada vez que recibo un ingreso, me siento y me hago la primera pregunta: qué necesito que este dinero haga por mí, antes de que me vuelvan a pagar. No todas las quincenas (o semanas o meses) son iguales: las necesidades cambian y eso significa que los trabajos que le asigno a mi dinero son distintos cada vez.
A veces la luz llega más barata, otras veces más cara. Si me costó menos de lo que había asignado, puedo decidir dejar ese excedente en la categoría. O puedo moverlo a otra, según lo necesite. Este ajuste lo puedo hacer a mitad de mes.
Cuando necesito hacer una compra, no miro el saldo que tengo en mi cuenta bancaria, porque lo que importa es mi plan. Si hay saldo disponible en esa categoría, sé que puedo gastar. Si no hay, entonces tengo que tomar otra decisión (no hacer esa compra o ver en qué otras categorías tendría saldo disponible para reasignar). Esto incluye dinero que había asignado a meses futuros.
Aunque puedo hacer eso desde mi celular en cualquier lugar, cuando se trata de una compra no planeada prefiero no hacerla en ese momento, llegar a mi casa y revisar mi plan más a detalle. Esa pausa es importante para evitar compras de impulso. Me da tiempo de analizar y repensar mis prioridades. Si aún decido hacerla, siempre puedo volver.
Pero si estoy en el súper a final del mes, ya casi no tengo dinero en la categoría correspondiente y son cosas necesarias, tomo decisiones en el momento. Abro mi plan en el celular y hago los cambios que necesito. Vivir un mes por delante me permite tomar de esa misma categoría (de dinero que había asignado al siguiente mes) y no afectar lo demás. Cuando reciba mi siguiente ingreso me siento de nuevo y me hago todas estas preguntas.
La próxima pregunta está relacionada con prioridades, con aspiraciones, con metas grandes y pequeñas.