La vivienda: motor del crecimiento con sello mexicano
En un país donde el sector de la construcción aporta más del 5.3% del PIB y genera más de 2 millones de empleos, la vivienda no solo representa un techo, sino que es uno de los motores más potentes para el desarrollo económico y social de México.
De acuerdo con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, a 2030, México requerirá haber construido 6.6 millones de viviendas, de las cuales el gobierno federal se ha comprometido a construir 1.8 millones (para atender a las poblaciones más desfavorecidas), por lo que la aritmética básica indica que los desarrolladores privados deberán construir, cuando menos, 4.8 millones de viviendas en los próximos 5 años, destinadas, principalmente, a las clases medias.
Por años, la vivienda enfrentó un entorno marcado por el exceso de regulación, la baja y una caída histórica en el número de viviendas construidas. Sin embargo, la nueva política industrial apuesta por revertir esa tendencia con acciones concretas: simplificación de trámites, impulso al financiamiento y vinculación entre empresas nacionales. En este contexto, se entiende la apuesta del gobierno federal de impulsar el contenido nacional en la cadena de valor de este sector. Esta política va mucho más allá de un gesto simbólico y representa una decisión de política pública que apunta a fortalecer las bases productivas del país desde dentro.
Muestra de ello es la primera Feria de Contenido Nacional de la Cadena de Valor de la Vivienda. Con más de 40 proveedores nacionales, 30 desarrolladores y la participación de instituciones clave como NAFIN, SEMARNAT, CONAGUA, CFE y CENACE, así como de FIBRAs e instituciones financieras que promueven la inversión en vivienda, el encuentro puso en práctica una idea que durante años se repitió sin concreción: apostar por la manufactura mexicana y sustituir importaciones estratégicamente.
Con este tipo de iniciativas, el gobierno federal busca articular cadenas de valor, generar innovación y recuperar el papel del Estado como promotor del desarrollo. Esta feria no es un evento aislado, sino parte de una estrategia más amplia que promueve el incremento del contenido nacional en distintos sectores de la economía. Impulsar la producción nacional de insumos y su uso es sinónimo de soberanía económica. Cada clavo, cada cable y cada ladrillo hecho en México significa más empleos, más inversión y menos dependencia del exterior.
El mensaje es claro: México tiene la capacidad de producir lo que necesita para construir su propio futuro. Y hacerlo desde la vivienda significa también garantizar bienestar, empleo y cohesión social. En un mundo donde la autosuficiencia industrial se ha vuelto una prioridad, la estrategia del gobierno no solo impulsa la economía, sino que reconstruye el orgullo nacional de producir, innovar y construir con talento mexicano.
