La vigilancia del Báltico pone a prueba al renovado ejército alemán
Desde Rostock, ciudad portuaria alemana que durante la Guerra Fría fue la sede de la Volksmarine (la Marina de la Alemania Oriental), la OTAN vigila el Báltico, nuevo teatro de tensiones entre Rusia y Occidente. En las pantallas de la sala de control del cuartel general del mando germano, militares de varios países observan día y noche cualquier movimiento, preparados para reaccionar ante cualquier anomalía, ante cualquier amenaza.