La verdad de los meses sin intereses: lo que ganan bancos, tiendas y consumidores con esta promoción

La verdad de los meses sin intereses: lo que ganan bancos, tiendas y consumidores con esta promoción

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Está por comenzar la temporada de mayor consumo del año: El Buen Fin, Black Friday, Navidad y Día de Reyes . Abundan las promociones , y una de las más llamativas son los famosos meses sin intereses (MSI). Esta opción permite adquirir ese producto que tanto deseas y pagarlo en cómodas mensualidades sin que se apliquen cargos financieros adicionales. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué ganan realmente las grandes empresas con estas ofertas ? A continuación, te explicamos cómo se benefician las tiendas, los bancos y los consumidores, además de los riesgos asociados a este tipo de financiamiento y en qué situaciones vale la pena aprovecharlo sin que afecte tu presupuesto. Ramón Martínez , especialista en negocios y finanzas de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), y Óscar Berumen , director de Grupo Viraal, coinciden en que esta promoción puede ser beneficiosa para todas las partes involucradas siempre y cuando se utilice de forma responsable, especialmente por parte del consumidor.





¿Qué ganan los bancos y las tiendas al dar meses sin intereses? En entrevista, Ramón Martínez explica que para las tiendas, “el principal objetivo de los meses sin intereses es mover el inventario y aumentar las ventas.” Cuando un cliente utiliza su tarjeta para una compra a meses sin intereses, el banco paga al comercio el monto de la compra menos la comisión correspondiente, generalmente en un plazo de 24 horas. Esto permite que la tienda recupere gran parte de su dinero rápidamente y pueda reinvertirlo en nuevo stock, detalla. La tienda paga una comisión al banco por procesar la operación. Mientras que una compra normal con tarjeta genera una comisión de 1% a 3% sobre el precio del producto, en los meses sin intereses esta comisión puede subir a entre 5% y 10%, que se queda el banco. Aun así, la ventaja para la tienda sigue siendo clara: más ventas y mejor flujo de efectivo, explica Martínez. Por ejemplo, si un cliente compra un teléfono celular de 20,000 pesos a 12 meses sin intereses:
El usuario : se lleva el teléfono y paga mensualidades de aproximadamente 1,666 pesos.
La tienda : recibe entre 18,000 y 19,000 pesos casi de inmediato, según la comisión que cobra el banco.
El banco : se queda con la comisión del 5-10% sobre la compra, es decir, entre 1,000 y 2,000 pesos.
Pero no es la única ganancia para los bancos Además de la famosa comisión que se cobra a la tienda, el profesor de la EBC comenta que otro de los objetivos de “las instituciones financieras es que haya movimiento y uso de las tarjetas y que los usuarios usen las líneas de crédito”. Esto significa que los bancos tratan de fidelizar a los clientes y fomentar el uso constante de sus tarjetas. Cuanto más se utilice el plástico bancario, mayores son las oportunidades de generar ingresos adicionales, ya sea por intereses, seguros u otros productos asociados. Asimismo, existe un riesgo que puede convertirse en ganancia: si el usuario no paga a tiempo, la compra comienza a generar intereses. Martínez señala que en México, cerca del 67% de los usuarios que aprovecha los meses sin intereses termina pagando recargos por falta de organización financiera y por no cubrir sus pagos a tiempo. Esto convierte la deuda en una fuente adicional de ingresos para los bancos, aunque —considera el especialista— ese no es su propósito principal. Es por ello que la
Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) señala que “antes de adquirir un producto, pregúntate si en realidad lo necesitas o sólo lo compras porque está en promoción. Recuerda que estás comprometiendo tus ingresos futuros.”
Ganancias, riesgos y cuándo valen la pena los meses sin intereses En teoría, el cliente es quien más se beneficia de los meses sin intereses, ya que puede adquirir un producto que desea o necesita sin realizar un gran desembolso inicial. Sin embargo, esto no lo exenta de riesgos financieros, sobre todo cuando las compras se hacen por impulso o sin una adecuada planeación. Óscar Berumen, director de Grupo Viraal, considera que los meses sin intereses pueden ser una herramienta muy útil cuando se usan con planeación. “Los meses sin intereses son muy convenientes siempre y cuando lo que vas a comprar sea algo necesario”, afirma. Si se adquieren cosas que no hacen falta, advierte, “ese se convierte en un gasto y será un problema con el tiempo”. Berumen dice que estas promociones deben entenderse como una forma de financiamiento responsable, no como un permiso para gastar sin control. “A veces vamos y gastamos y gastamos y gastamos como si no tuviera consecuencias”, dice. Por ello recomienda que los compromisos financieros no superen el 30% del ingreso mensual: “Si ganas 10, no puedes comprometerte a pagar más de tres… eso es una manera muy sana de mantener tu economía a flote”. El directivo de Viraal, empresa de innovación financiera, sugiere aprovechar los meses sin intereses para compras de alto valor o de verdadera necesidad, como una lavadora o un refrigerador. También aconseja planear con anticipación: “A lo mejor decides que el 10% (de tu ingreso mensual) lo vas a ahorrar para una lavadora, un refrigerador que te urge, un artículo que te urge… y puedes comprar a mes sin intereses para ir pagando el 10%.” La clave, dice, es que la compra responda a una necesidad real y se mantenga dentro de la capacidad de pago. Por su parte, Ramón Martínez, de la EBC, coincide en que los meses sin intereses pueden ser una herramienta financiera útil, pero solo si se aplican con organización. Explica que conviene reservar el crédito para bienes duraderos y usar efectivo en lo que en finanzas personales se conoce como gasto corriente, es decir, los productos y servicios de uso diario que deben pagarse sin crédito. En materia de planeación, los expertos difieren ligeramente. Mientras Berumen recomienda no comprometer más del 30% del ingreso mensual en deudas, Martínez propone un margen un poco más amplio del 40%: Ambos coinciden en que, si se rebasa ese límite, las finanzas personales se vuelven vulnerables.
El Buen Fin y la Navidad no son una invitación para malgastar el aguinaldo Para Óscar Berumen, las temporadas del Buen Fin y la Navidad deberían verse como una oportunidad para planificar las finanzas, no para endeudarse: “el problema es que la gente no está planeando con base en el ahorro, sino con base en la deuda”. Señala que muchas personas compran a crédito con la idea de pagar todo cuando llegue el aguinaldo, pero eso termina generando más presión financiera, porque ese dinero se usa para tapar huecos en lugar de fortalecer el ahorro o liquidar deudas de manera ordenada. El especialista propone cambiar esa mentalidad: el aguinaldo debe verse como una herramienta para empezar el año con estabilidad y evitar la temida cuesta de enero. Recomienda dividir el ingreso extra en tres partes: una para el ahorro, otra para pagar deudas y una fracción menor para regalos o consumo. También recomienda no depender del aguinaldo para resolver todo, sino fomentar el hábito del ahorro durante el año. “Si ganas poco, ahorra poco, pero hazlo de forma constante. Con 50 pesos diarios puedes cerrar el año con más de 18 mil”, explica. Insiste en que lo importante no es el monto, sino la disciplina y el propósito: “Ahorrar con objetivo es la mejor forma de mantener la constancia. Si sabes que ese dinero será para un viaje o para emergencias, es más fácil no tocarlo.” La clave, dice Berumen, está en usar el aguinaldo con inteligencia. En lugar de gastarlo por impulso, puede servir como punto de partida para un fondo de ahorro que permita sobrellevar enero sin deudas y mantener las finanzas personales en equilibrio. En conclusión, el verdadero ahorro no está en diferir pagos, sino en comprar con propósito, respetar la capacidad de endeudamiento y usar con inteligencia herramientas como el aguinaldo. Solo así las promociones de temporada se convierten en un impulso financiero, y no en el inicio de la cuesta de enero.

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