La tormenta arancelaria de Trump: Un desafío estratégico para México en la nueva era del comercio global

La reciente decisión del expresidente Donald Trump de imponer una nueva oleada de aranceles, elevando la tasa efectiva promedio a aproximadamente 23%, ha generado una disrupción profunda en el comercio internacional. Esta medida ha impactado los mercados financieros globales, ha incrementado la incertidumbre entre inversionistas y ha obligado a las empresas de todos los sectores a repensar sus estrategias frente a un entorno cada vez más volátil. En el centro de esta tormenta económica, México se encuentra particularmente expuesto, no solo por su cercanía geográfica y dependencia comercial con Estados Unidos, sino también por las implicaciones estructurales que esta política comercial trae consigo.

A diferencia de otras guerras comerciales focalizadas, esta confrontación ha tomado una forma asimétrica y global. Estados Unidos ha optado por una estrategia de presión sobre múltiples frentes simultáneamente. Esta guerra comercial de 360 grados no solo erosiona la posición de sus socios comerciales, sino que también genera retrocesos internos en su propio crecimiento económico. El Banco Mundial estima que este tipo de políticas pueden restar hasta 1.4% del PIB estadounidense, mientras que países con alta exposición al mercado estadounidense, como México, podrían enfrentar caídas en su crecimiento entre 0.4% y 0.6%, dependiendo de la elasticidad de sus exportaciones.

Este nuevo régimen económico está marcado por la aparición de un fenómeno particular: la inflación de origen geopolítico. Ya no hablamos de presiones inflacionarias derivadas de un exceso de demanda o de cuellos de botella productivos, como en la etapa pospandemia. Esta nueva forma de inflación es inducida por decisiones políticas deliberadas. Se trata de una inflación artificial, provocada por medidas proteccionistas que elevan los costos de importación, afectan los precios internos y debilitan el consumo, sin ningún incremento real en la productividad.

Este entorno también pone de relieve los contrastes entre macro y microeconomía. En el plano macroeconómico, se observan tendencias como la desaceleración del crecimiento, mayor volatilidad en los flujos de capital y la afectación de las balanzas comerciales. El PIB de México, según datos del Banco Mundial, cerró 2022 en 1.41 billones de dólares. Sin embargo, el crecimiento en 2024 fue de solo 1.2%, el más bajo desde 2020. Para 2025, el Banco de México estima una expansión de apenas 0.6%, afectada por la caída del consumo privado, la inversión y la incertidumbre regulatoria.

En el plano microeconómico, las empresas enfrentan una disyuntiva crítica: continuar optimizando en función de costos, o reestructurar en función de resiliencia. El aumento en los aranceles impacta directamente a las pequeñas y medianas empresas que dependen de cadenas globales de suministro, muchas de las cuales ya operaban con márgenes ajustados. El encarecimiento de insumos, la incertidumbre sobre las regulaciones comerciales y la volatilidad del tipo de cambio podrían representar una amenaza directa para su continuidad.

Estamos transitando hacia una nueva era empresarial. Por décadas, la eficiencia y la seguridad fueron los pilares del pensamiento ejecutivo. Sin embargo, la realidad actual exige una reconfiguración de prioridades. La resiliencia, la adaptabilidad y la gestión de riesgos se han convertido en los nuevos ejes de la toma de decisiones estratégica. No se trata solo de rediseñar las líneas de producción o buscar proveedores alternos; se trata de repensar por completo el modelo operativo, incluyendo la forma en que se analizan los riesgos, se invierte en tecnología y se forma al talento.

México, en este escenario, tiene una ventana de oportunidad. El fenómeno del nearshoring podría atraer inversiones industriales estratégicas, particularmente si el país logra ofrecer infraestructura tecnológica moderna, certidumbre jurídica y condiciones laborales estables. No obstante, aprovechar esta oportunidad requerirá decisiones valientes. Las zonas económicas, los corredores industriales y los clusters tecnológicos deben ir acompañados de políticas públicas consistentes y de una colaboración activa entre sector público, privado y académico.

La dependencia de insumos estadounidenses, que representan más de la mitad de los bienes intermedios importados por México, también debe ser atendida con una estrategia clara. El fortalecimiento de proveedores locales, el desarrollo de capacidades técnicas internas y la inversión en inteligencia prescriptiva deben convertirse en prioridades nacionales, respaldadas por una visión de largo plazo.

Frente a este panorama, los ejecutivos y los consejos de administración no pueden simplemente esperar a que pase la tormenta. La incertidumbre ya no es una fase, es una condición permanente del entorno empresarial global. Las decisiones que se tomen hoy tendrán consecuencias estructurales en los próximos cinco a diez años.

Recomendaciones estratégicas para ejecutivos y consejos directivos

Desarrollar capacidades internas de análisis macroeconómico y geopolítico. Ya no basta con reaccionar ante las noticias: se necesita anticipar escenarios mediante herramientas analíticas, modelación econométrica y seguimiento continuo de variables críticas como inflación, tasas de interés, políticas arancelarias y comportamiento de los consumidores.

Fortalecer la inteligencia operativa en torno a la cadena de suministro. Esto incluye mapear vulnerabilidades, evaluar rutas logísticas alternativas y establecer relaciones estratégicas con proveedores de distintas regiones. La diversificación geográfica ya no es una ventaja; es una necesidad para la continuidad operativa.

Ampliar la visión de los comités de riesgo y finanzas. Estos deben adoptar una perspectiva más dinámica e integrar consideraciones geopolíticas en sus decisiones sobre inversiones, fusiones, adquisiciones y expansión internacional.

Invertir en talento adaptable. Las habilidades críticas hoy incluyen pensamiento estratégico, análisis interdisciplinario y capacidad de maniobra en entornos inciertos. La formación de líderes debe enfocarse en resiliencia, creatividad y gestión de crisis.

Tratar la inteligencia prescriptiva como blindaje estratégico. Las organizaciones que utilicen modelos que no solo analicen datos sino que también propongan cursos de acción contarán con mayor capacidad para anticipar disrupciones, reaccionar con agilidad y mantener una ventaja competitiva sostenible.

La macroeconomía nos muestra tendencias agregadas; la microeconomía nos habla del comportamiento de cada decisión individual. En ambos niveles, lo que está en juego es la capacidad de tomar decisiones informadas, oportunas y sostenibles. México, con todos sus retos, tiene también las condiciones para construir una nueva narrativa industrial. Una que no dependa de las coyunturas externas, sino de la visión de sus ejecutivos y del compromiso de sus consejos de administración con el futuro.

Ahora, si bien los modelos matemáticos, la inteligencia prescriptiva y las simulaciones econométricas pueden aportar orden frente a la incertidumbre, no deben usurpar el juicio crítico ni disfrazar de neutralidad técnica lo que, en el fondo, es una disputa de poder. Como advierte Dani Rodrik, economista de Harvard, “el error está en pensar que la economía es una ciencia aislada de la política y la geoestrategia”. La reciente inflación inducida, las disrupciones logísticas artificiales y los aranceles punitivos no son consecuencia natural de un caos multicausal que solo los algoritmos pueden descifrar; son, en muchos casos, manifestaciones directas de un repliegue hegemónico. Estados Unidos no solo busca contener a China como competidor comercial, sino como modelo económico alternativo, desafiando las reglas que alguna vez promovió. Como señaló el historiador económico Adam Tooze, “lo que estamos viendo no es tanto una guerra comercial como una nueva forma de guerra fría económica”. En este sentido, entender el entorno no pasa solo por anticipar tasas de interés o precios de materias primas, sino por reconocer que detrás del ruido económico hay una lógica imperial que, en su afán de reordenar el tablero, impone una nueva narrativa de conflicto donde antes hubo interdependencia. En suma, los números ayudan, pero la clave está en no perder de vista quién decide el juego, con qué propósito y bajo qué reglas.

La historia no está escrita. Y en esta nueva era, escribirla es una responsabilidad que comienza en la sala de juntas.

Sobre los autores:

*Israel Reyes es un referente internacional en los campos de la ciberseguridad, la tecnología operativa (OT) y la resiliencia organizacional. Con más de 20 años de experiencia, ha liderado respuestas estratégicas frente a ciberataques de alto impacto en empresas Fortune 500, infraestructuras críticas y organismos gubernamentales en América, Europa y Asia.

Actualmente colabora como Guest Lecturer en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), participando en programas de educación ejecutiva sobre gestión de crisis, liderazgo en entornos complejos y protección de activos estratégicos.

Apasionado del golf y de las conversaciones estratégicas con líderes ejecutivos, Israel impulsa una visión moderna de la seguridad: una que combina innovación, protección, sostenibilidad y liderazgo para enfrentar los desafíos de un mundo en constante disrupción. Email: Isr816@g.harvard.edu

*Julio Salinas Lombard es un referente en comunicación corporativa, reputación institucional y manejo de crisis. Con más de 30 años de experiencia, ha asesorado a grupos industriales y empresas multinacionales en la construcción de narrativas estratégicas, posicionamiento de marca y gestión reputacional en contextos nacionales e internacionales.

Actualmente lidera la comunicación externa de un grupo industrial con presencia global desde el norte de México, alineando los mensajes clave con los objetivos del negocio, la cultura organizacional y los valores institucionales en escenarios de alta complejidad.

Apasionado por la escritura, el análisis de tendencias y el fortalecimiento de la confianza empresarial, Julio combina claridad, estrategia y visión humanista para transformar la comunicación en un motor de crecimiento y liderazgo. Email: julio.salinas@comunicacionestrategica.mx

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