¿La stevia es segura? Mitos, beneficios y riesgos de este edulcorante natural
En un momento donde la industria alimentaria mexicana apuesta cada vez más por opciones saludables y conscientes, la stevia se ha posicionado como uno de los edulcorantes naturales más populares. Pero con su creciente presencia en cafés, postres artesanales y hasta menús de alta cocina, también ha llegado una lluvia de dudas: ¿es realmente buena para la salud? ¿Puede usarse libremente? ¿Es tan natural como promete?
Una planta con historia… y respaldo científico
La Stevia rebaudiana Bertoni, originaria de Paraguay y Brasil, ha sido utilizada durante siglos por comunidades guaraníes como endulzante natural. Hoy, sus extractos purificados —los glucósidos de esteviol— endulzan productos en más de 60 países. Estos compuestos son entre 200 y 300 veces más dulces que el azúcar y no aportan calorías.
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Organismos como la FDA en Estados Unidos, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la COFEPRIS en México avalan su uso como aditivo seguro. La Ingesta Diaria Aceptable (IDA) se establece en 4 mg por kilo de peso corporal, cantidad que difícilmente se supera con el consumo cotidiano.
“La stevia es un endulzante natural sin calorías que no eleva los niveles de azúcar en sangre, lo que la convierte en una buena alternativa al azúcar”, señalan asociaciones como la American Heart Association y la American Diabetes Association.
¿Aliada para diabéticos?
Uno de los mitos más extendidos es que la stevia podría alterar la glucosa. Sin embargo, múltiples estudios clínicos han demostrado que no sólo no eleva los niveles de azúcar en sangre, sino que podría incluso tener un efecto positivo en la sensibilidad a la insulina.
“Los glucósidos de esteviol tienen efectos insignificantes sobre los niveles de glucosa, debido a su bajo contenido de carbohidratos”, explicó la Nutricionista Yeni Zetina.
Este respaldo científico ha llevado a que muchos médicos recomienden su uso entre pacientes con diabetes tipo 2. En restaurantes de enfoque saludable y cocina funcional, su uso se extiende cada vez más para desarrollar postres, bebidas y productos de panadería sin impacto glucémico.
Un dulce sin calorías… que no es milagro
La stevia también se promociona como herramienta para bajar de peso. Y aunque ayuda a reducir el consumo calórico total al sustituir azúcar, especialistas coinciden en que no es una solución mágica.
En términos metabólicos, también se le han atribuido beneficios como la reducción de la presión arterial y la prevención de caries, lo que ha hecho que marcas globales de comidas y refresocs reformulen productos con base en este edulcorante.
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Si bien la stevia se considera segura, algunos consumidores reportan molestias digestivas leves, como hinchazón o náuseas, especialmente cuando se usan grandes cantidades. También se han registrado raros casos de alergias en personas sensibles a la familia de las asteráceas, como la manzanilla o la ambrosía.
Además, la comunidad científica ha pedido precaución en personas embarazadas o con presión baja, ya que la stevia podría tener un leve efecto hipotensor y diurético.
“Lo más importante es usarla con moderación, leer etiquetas y consultar a un profesional de la salud si hay condiciones médicas preexistentes”, recomienda la nutriologa Yeni Zetina.
La stevia ha superado su imagen inicial de edulcorante “para diabéticos” y hoy forma parte de la revolución gastronómica saludable. En cocinas de autor, ya se emplea para preparar mousses, mermeladas, cocteles y postres funcionales.
La tendencia no es menor: el mercado global de la stevia superó los 800 millones de dólares en 2024 y se proyecta que alcanzará los 1,400 millones en menos de una década. México participa tanto en el consumo como en la producción, principalmente en estados como Chiapas y Sinaloa.
La stevia no es un milagro, pero sí una herramienta valiosa para reducir el consumo de azúcar y avanzar hacia dietas más saludables. Su uso responsable, validado por la ciencia y aplicado con creatividad en la cocina, permite disfrutar de lo dulce sin culpas.
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