La reputación del fundador: Cuando la incongruencia en redes pone en riesgo el negocio

La reputación del fundador: Cuando la incongruencia en redes pone en riesgo el negocio

Los consumidores compran un producto por sus cualidades, pero también lo hacen al identificarse con los valores del negocio; sin embargo, cuando el fundador o embajador de marca no es coherente con lo que vende, pone en riesgo su reputación y la de la empresa. 

En este contexto, la marca personal transmite quiénes somos, cómo actuamos, qué valores llevamos y cómo queremos que nos reconozcan, por lo que es importante cuidar de ella para evitar el daño a la reputación, de acuerdo con la Escuela de Negocios de la Innovación y los Emprendedores (IEBS).

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La exposición en redes sociales

Cuando un emprendedor o un dueño de un negocio se muestra en redes sociales compartiendo su trabajo, le ayuda a reforzar la identidad empresarial y personal, ya que esto provoca una mejor conexión con los clientes.

Sin embargo, la presencia digital también puede ser usada en contra, cuando se trata de mostrar algo que no va de acuerdo con la marca personal, lo que provoca que la situación se propague con inmediatez y afecte la reputación y credibilidad ante los clientes, socios e inversionistas.

Las redes sociales son un escaparate de la perfección del estilo de vida de muchas personas que a veces no van acorde a los valores o a la propia personalidad del emprendedor”, argumenta Lorena Martínez, consultora de imagen en Consimage.

De acuerdo con IEBS, el auge de las redes sociales genera mayor relevancia a la marca personal, porque “siempre hemos estado expuestos, pero nunca de una forma tan directa y constante como ahora”.

La incongruencia aleja oportunidades empresariales

Si un emprendedor se dedica al impacto social o medioambiental, pero es captado dañando al medio ambiente, provoca incongruencia y a la par implica la pérdida de clientes.

En este contexto, no tener congruencia entre lo que se muestra en redes sociales o al público, a mediano plazo será evidente, ya que incluso el discurso se distorsiona. Lorena Martínez añade que además de alejar las ventas, las alianzas y patrocinios se ven afectados.

Las propias marcas se blindan de los antivalores y cuando los identifican en alguna empresa o individuo, optan por quitarles el patrocinio antes de continuar y crear una crisis de imagen”.

Abandona el personaje y construye una imagen sólida

Un argumento que es frecuentemente usado ante una crisis de imagen, es que se trata de un personaje diferente a la verdadera personalidad del emprendedor o empresario, lo cual, no resulta efectivo.

Un personaje al final del día es muy difícil de mantenerlo, porque a veces pareciera que ese personaje está basado en la perfección de lo que únicamente la gente alcanza a ver en redes sociales y a veces se nos olvida que somos personas”, añade Lorena Martínez.

En este sentido, para crear una buena imagen y que sea coherente con los valores y lo que promocionamos, se construye a partir de tres puntos claves, de acuerdo con IEBS:

1. Lo que decimos: Se trata del discurso que empleamos día a día, las palabras y el tono con el que nos expresamos. También lo mostramos por medio de videos, audios y contenido en redes sociales.

2. Lo que hacemos: Tiene que estar relacionado con la parte del discurso, ya que los hechos tienen mayor peso que las palabras.

3. La actitud: Los dos puntos anteriores se complementan con el tono en que nos expresamos, ya que esto refuerza el mensaje que queremos dar.

En tanto, Lorena Martínez comparte Las tres C, el cual ayuda a mantener una marca personal más alineada.

La primera c, es la coherencia en el que el emprendedor se debe preguntar quién es y que busca hacer en su entorno; la segunda c es la congruencia, que ayuda a unir entre lo que se dice y hace.

Por último, la c de consistencia, porque si solo se trata de mostrar una actitud diferente por un día y al siguiente ser otra persona, corre el riesgo que no sea creíble la imagen que proyecta.

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