La regulación e incertidumbre impulsan la madurez financiera de las pymes

La regulación e incertidumbre impulsan la madurez financiera de las pymes

La gestión financiera de las pequeñas y medianas empresas (pymes) ha evolucionado en el último año, pero no se debe a un cambio de mentalidad, sino que ha sido impulsada por factores macroeconómicos, regulatorios y tecnológicos.

Datos del estudio “Elevando la madurez financiera de las pymes mexicanas”, realizado por Xepelin, las pymes se clasifican en cuatro niveles de madurez financiera: 

  • Reactiva: Sin procesos financieros formalizados y con decisiones reactivas. 
  • Organizada: Pocos procesos financieros básicos, creación de presupuesto, pero sin proyecciones a ni planes de contingencia. 
  • Proactiva: Procesos formalizados, uso de herramientas financieras y gestión delegada.
  • Estratégica: gestión financiera integrada con la estrategia, uso de tecnología avanzada, gestión delegada y pleno conocimiento de las soluciones financieras.

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Y en el último año el porcentaje de empresas reactivas se redujo 16 puntos porcentuales, al pasar de 40% a 24%, lo cual muestra un aumento en pymes organizadas y proactivas que representan el 38 y 26% respectivamente.

De acuerdo con Alejandro Toiber, la necesidad de mejorar su cumplimiento normativo ha funcionado como un catalizador positivo, puesto que están convirtiendo los requisitos regulatorios en una plataforma para la mejora de datos, al automatizar controles y toma de decisiones.

La evolución también se debe al uso de herramientas digitales, la IA accesible y que las empresas son más conscientes de los riesgos que hay, y ven a la tecnología como una palanca para asegurar sus operaciones.

Beneficios de una gestión financiera

Alejandro Toiber señala que la madurez financiera le permite a las pymes utilizar sus recursos financieros de manera mucho más estratégica, tomar decisiones inteligentes y sobre todo, capturar las oportunidades.

La madurez financiera se convierte en una capacidad para la resiliencia, y les ayuda a mejorar la gestión de la empresa, no solo internamente, sino cómo se relacionan con sus clientes y proveedores”.

Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, la capacidad de las empresas de usar datos para tomar mejores decisiones financieras marca una diferencia entre las empresas que reaccionan de forma reactiva a las que generan presupuestos.

Incertidumbre económica

La incertidumbre económica ha impactado en cómo las empresas utilizan su capital, debido a que el estudio refleja que el principal uso de los fondos financieros se enfoca a capital de trabajo, mientras que el año pasado la prioridad era generar nuevos ingresos.

“Este año es una mentalidad más cautelosa. La prioridad es gestionar y proteger el capital de trabajo. Estamos viendo empresas que quieren asegurar sus operaciones, garantizar que puedan seguir funcionando. Sobre todo, en entornos donde hay poca liquidez, donde hay muchos cambio e incertidumbre”, señala Alejandro Toiber.

Retos para las pymes

Ante este contexto, las organizaciones apuestan por una fuerza laboral calificada; sin embargo, la gestión financiera continua, en 6 de cada 10 empresas, a cargo del dueño del negocio o director familiar, lo cual detiene el crecimiento.

Esto naturalmente genera cuellos de botella y evita el crecimiento. Pensemos en una empresa donde todas las decisiones las toma una sola persona y no necesariamente es la que tiene la mayor información, es la persona que fundó la empresa o el patriarca familiar”.

Otro reto que enfrentan las pymes es la preparación ante imprevistos, puesto que sólo 28% realiza ejercicios de escenarios posibles y 12% hace planes de contingencia.

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