La paradoja de un México doblemente condicionado
No podemos perder de vista que a partir de hoy México es otro. El hecho de que este lunes entren en funciones aquellos personajes de los acordeones que fueron candidatos tras una muy irregular reforma al Poder Judicial es mucho más que una anécdota.
Ya se irán dibujando las acciones que reafirmen o atemperen los temores de un control total y autoritario de los poderes, pero, por ahora, hay pocas esperanzas de una vida más institucional.
Y así como veremos las consecuencias de este modelo en lo interior, así tendremos que buscar los mejores acomodos en las relaciones exteriores, sobre todo en lo que tiene que ver con la vecindad con Estados Unidos.
Si hoy vimos en lo interno el inicio de una política de poderes concentrados, el miércoles veremos en lo externo el banderazo de salida de lo que pueda ser la relación futura con Estados Unidos.
El secretario de Estado del gobierno de Estados Unidos, Marco Rubio, viene a México y estará aquí para firmar lo que han llamado un marco de entendimiento en materia de seguridad.
Sin tantos eufemismos, el propio departamento de Estado apunta que las prioridades de Rubio en su visita a México son desmantelar los cárteles de la droga, detener el tráfico de fentanilo, poner fin a la inmigración ilegal y reducir el déficit comercial.
Así que ese “marco de entendimiento” tendrá esa visión integrada de los temas que importan a Donald Trump y que meten en la misma canasta los temas comerciales.
En México, los que no estén involucrados con los grupos de la delincuencia organizada, podrán ver bien que se combata a estos delincuentes; y los que no tengan relación estrecha con el comercio con China, también pueden encontrar un poco de estabilidad en lo que eventualmente se pueda alcanzar con Estados Unidos en materia comercial.
En México no se ha discutido ampliamente en la opinión pública la eventual aplicación de aranceles a las importaciones de China por parte de nuestro país, pero en los mercados de Estados Unidos se empieza a dar por descontado que el gobierno de Claudia Sheinbaum estaría por anunciar esa imposición arancelaria incluso este mismo mes.
Y lo que ciertamente sería resultado de una presión directa de La Casa Blanca, podría abrir la posibilidad de que México llegue a un acuerdo comercial más estable con Estados Unidos.
Una vez cumplida esa condición iniciará una renegociación del T-MEC que no será fácil, porque habría otros temas adicionales. Claro, los que trae Marco Rubio bajo el brazo, pero también temas de propiedad industrial, laborales, acceso a la energía, biotecnología entre otros.
No podemos entonces separar la coincidencia de estos eventos, mientras los nuevos jueces establecen la realidad de un México más autoritario, la visita de Marco Rubio resalta la realidad de una soberanía cada vez más condicionada por las exigencias del vecino poderoso.
Es la paradoja de la concentración interna del poder y lo que se parece mucho a la cesión de autonomía en lo internacional.
Aplicar aranceles a China es mucho más que una decisión económica, es buscar una salida inteligente para lidiar con el momento inevitable que nos plantea ese autoritarismo externo de Donald Trump.
Mientras los nuevos jueces establecen la realidad de un México más autoritario, la visita de Marco Rubio resalta la realidad de una soberanía cada vez más condicionada por las exigencias del vecino poderoso.