La mitad de la pobreza en CDMX tiene que ver con el tiempo, no con el dinero: estudio

La mitad de la pobreza en CDMX tiene que ver con el tiempo, no con el dinero: estudio

La Ciudad de México redujo de manera significativa la pobreza en los últimos seis años, pero enfrenta un pendiente estructural que no aparece en las mediciones tradicionales: la falta de tiempo libre. 

De acuerdo con el Método de Medición Integrada de la Pobreza (MMIP), dado a conocer a inicio de noviembre y utilizado por el Consejo de Evaluación de la Ciudad de México, la carencia de tiempo sigue afectando a más de la mitad de la población, por encima incluso de la pobreza por ingreso.

57% de las personas en la capital vive con escasez de tiempo

El MMIP es el único instrumento en el país que incorpora el tiempo libre como un derecho asociado al bienestar. 

Según los resultados correspondientes a 2024, 57 por ciento de las personas en la capital vive con escasez de tiempo, una reducción respecto del 65 por ciento registrado en 2018, pero todavía un nivel alto que coloca a esta dimensión como una de las más persistentes. 

En contraste, la pobreza por ingreso alcanzó 36.5 por ciento en el mismo periodo, lo que muestra que la disponibilidad de tiempo es un factor más extendido que las limitaciones económicas.

Entre 2018 y 2024, más de 850,000 personas lograron superar la pobreza multidimensional, con mejoras en telecomunicaciones, salud, vivienda, energía y educación. 

Mientras que la pobreza extrema cayó por debajo del 10 por ciento, lo que representa su punto más bajo en este lapso. Sin embargo, la carencia de tiempo se mantuvo como una de las dimensiones más difíciles de reducir, aun con los avances observados en el resto de los indicadores.

Los datos muestran que la brecha en tiempo libre cayó nueve puntos entre 2022 y 2024, un periodo en el que también disminuyó la falta de acceso a telecomunicaciones y la pobreza por ingreso. 

Aun así, la proporción de personas con escasez de tiempo continúa siendo superior al resto de las carencias medidas por el MMIP, lo que sugiere que factores asociados a movilidad, condiciones laborales y distribución del trabajo doméstico siguen influyendo en el bienestar cotidiano de los hogares.

El informe destaca que esta medición permite observar dinámicas que no capturan las metodologías del CONEVAL o del INEGI, donde la pobreza se define a partir de ingresos y acceso a derechos sociales. 

En el caso de la capital, integrar el tiempo como dimensión del bienestar revela que la sobrecarga cotidiana es uno de los componentes centrales de la pobreza urbana, incluso entre sectores que han mejorado sus ingresos o sus condiciones materiales.

En la Ciudad de México, la escasez de tiempo se mantiene como un componente central de la vida cotidiana y un indicador clave para evaluar políticas de movilidad, empleo, cuidados y servicios urbanos. 

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