La IA como motor clave para un país sostenible e inclusivo
La Inteligencia Artificial (IA) ha trascendido su imagen de tecnología futurista para convertirse en una herramienta fundamental para enfrentar los grandes desafíos globales que sustentan el desarrollo sostenible, como la pobreza, desigualdad y el cambio climático. Estos, son pilares de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y buscan un equilibrio entre el bienestar social, económico y ambiental.
Yuridia Resendiz De Leija, Directora de Expansión en Xira -empresa mexicana de IA generativa restringida-, destaca que México se encuentra en el quinto lugar del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial 2023. Esto indica un progreso en la adopción tecnológica, aunque aún existen retos importantes por superar para maximizar su impacto en el desarrollo sostenible. “La IA tiene el potencial de contribuir en múltiples áreas para alcanzar los ODS, desde mejorar la calidad de vida hasta fortalecer la productividad e inclusión social”, comenta Resendiz.
La aplicación de la IA en sectores como salud digital, educación adaptativa, agricultura inteligente, gestión energética y manufactura sostenible ofrece un abanico de oportunidades para optimizar recursos y generar beneficios sociales. La especialista señala que “la IA no solo puede dinamizar la economía y hacer más eficientes las cadenas de suministro, sino que también es un instrumento para reducir desigualdades, especialmente en comunidades vulnerables como mujeres, adultos mayores e indígenas”.
México ya está viendo resultados concretos. En Xira, la implementación de IA generativa restringida en call centers ha incrementado 11% la tasa de graduación de colaboradores capacitados y mejorado la calidad del servicio al 76%. Esto demuestra que la IA potencia las capacidades humanas, no las reemplaza.
Las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs) y startups mexicanas son piezas clave para la innovación y digitalización sostenibles, pues pueden adaptar soluciones a contextos locales y fomentar la soberanía tecnológica del país. Resendiz subraya la importancia de fortalecer la capacitación técnica y jurídica, así como promover la colaboración con universidades e instituciones y la creación de espacios regulatorios controlados -los llamados “sandboxes”- para experimentar con tecnologías emergentes de manera segura.
El verdadero potencial transformador de la IA radica en su capacidad para disminuir las brechas sociales y económicas, siempre y cuando se implemente con un enfoque ético y responsable. Es decir, mejorar el acceso a servicios esenciales, como salud, educación y servicios públicos, a través de sistemas personalizados que atiendan necesidades individuales y contextuales.
Para maximizar los beneficios y mitigar riesgos, México requiere un marco regulatorio que proteja la privacidad y los datos personales, promueva la transparencia y la auditoría de sistemas de IA, y contemple también el impacto ambiental de estas tecnologías, destaca la vocera.
Esta regulación debe ser flexible, basada en principios y alineada con estándares internacionales. Se recomienda prohibir usos de IA que vulneren derechos humanos, como la vigilancia biométrica invasiva. Es fundamental fortalecer organismos reguladores como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), así como crear una Agencia Digital Nacional y comités de ética con participación ciudadana.
Aunque México avanza en la adopción de IA, enfrenta retos importantes: la falta de continuidad en políticas públicas, la brecha en infraestructura digital, la baja inversión en investigación y desarrollo (que apenas representa el 0.3% del PIB) y la concentración del talento tecnológico en zonas urbanas, puntualizó Yuridia Resendiz.