La fortaleza de la economía mexicana

La fortaleza de la economía mexicana

La economía mexicana tiene una gran fortaleza, por eso sus perspectivas de mediano y largo plazo son buenas, a pesar de un entorno recesivo global y la incertidumbre de las disputas comerciales en el corto plazo. La expectativa es que, al final, México tenga ventajas comparativas con respecto al resto de las economías, sin cargas arancelarias para exportar a Estados Unidos, lo que permitirá desarrollar con mayor intensidad sectores como el farmacéutico, el de semiconductores, el electrónico y el de dispositivos médicos.

Otros sectores más tradicionales, como textil, calzado o incluso el de electrodomésticos, tienen también muy buenas perspectivas para exportar, pero también para recuperar el mercado nacional que han perdido frente a las importaciones de Asia. Es por eso la fortaleza del tipo de cambio y el interés que se mantiene en invertir en el país.

Un ingrediente importante de esta confianza está en el compromiso con la estabilidad de las finanzas públicas. Se mantienen los límites de endeudamiento como proporción del PIB, menores a la mayoría de las economías, y la recaudación reporta incrementos. La economía mexicana ofrece estabilidad económica, pero también política y social, gracias a un esquema amplio de apoyos sociales, que sirve de ingreso mínimo, y de garantías laborales que han incrementado los ingresos de los trabajadores. Eso ha servido para que el consumo, ante los choques externos, ayude al crecimiento.

El crecimiento se va a retomar en el corto plazo, a medida que se disipa la incertidumbre comercial, lo que ya comienza a suceder. La inminente revisión del tratado de América del Norte en los próximos meses va a servir para ese propósito. Por eso es importante, en estos momentos, mantener la estabilidad y construir las condiciones para acelerar la inversión.

En ese sentido, el gobierno trabaja en un portafolio para facilitar la inversión, en polos de desarrollo para apoyar a las regiones, en mecanismos para sustituir importaciones de bienes finales e insumos intermedios, en políticas de fomento sectorial y en que se propone detonar el crédito en condiciones accesibles.

La posición de la presidenta Sheinbaum, ante la guerra comercial, ha sido la de la prudencia, el diálogo, la negociación inteligente y la búsqueda de esquemas para fortalecer la economía interna del país. En el corto plazo se van a concretar inversiones importantes en energía, gracias a la nueva legislación, que ofrece claridad, promueve la transición energética y un buen balance entre la inversión pública y la privada.

También proyectos de inversión pública, con alto impacto en la demanda agregada, como los de trenes de pasajeros. Cada semana la presidenta anuncia nuevos proyectos de inversión privada, que se concretan gracias a la confianza en el país y al trabajo proactivo del gobierno para atraer inversión y facilitar que se concrete.

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