La economía no está fuera de peligro, al contrario

En días recientes el entorno económico aparenta relativa calma. En los Estados Unidos el comportamiento de los mercados aparentemente ha actuado como una suerte de contrapeso a las políticas innecesarias e insensatas de Trump, que insiste menos en aranceles claramente perjudiciales para ese país.

Previamente, los vaivenes de la política tarifaria de Estados Unidos provocaron que el índice VIX de la volatilidad en los mercados —el “índice del miedo”— alcanzara niveles inéditos desde la crisis financiera de 2008 y la pandemia de 2020.

Normalmente el VIX está cerca de 20 puntos y sólo los supera en circunstancias como crisis financieras, tensiones geopolíticas, desastres, cambios abruptos de políticas, etc., con impactos globales. En abril pasado rebasó los 50 puntos y cayó a cerca de 20 en mayo. Los mercados accionarios se recuperaron. El índice S&P se recuperó más de 15 por ciento.

La volatilidad, y la degradación de la deuda de Estados Unidos el 16 de mayo, afectó más a las tasas de interés de los bonos de ese gobierno. Recientemente se colocaron a tasas superiores al 4% y 5% (plazos de 10 y 20 años) y se mantienen por arriba de los niveles de los últimos 15 años.

Más sostenidamente, la incertidumbre y tensión generadas por Trump han depreciado al dólar alrededor de 10 % frente a otras de importancia en el año.

Ello y el descenso reciente del VIX han contribuido a la apreciación del peso frente al dólar, de casi 8%, ya que la elevada tasa de interés de México relativa a las monedas fuertes alienta la inversión momentánea en activos en pesos en tiempos de tranquilidad —y la aleja con la volatilidad, cuando los inversionistas “vuelan” al refugio de las monedas fuertes—.

Actualmente, la preocupación por la inminencia de los riesgos económicos en México parece disminuir. El gobierno insiste en la estabilidad, solidez y buena perspectiva de la economía con base en el plan México y presume algunos “logros” en la relación con EU: aranceles efectivos automotrices de “sólo” 15% e impuestos a las remesas de solo 3.5% (ambos eran nulos).

Pero el estancamiento de la economía es cada vez más inminente y está sujeta a fuertes riesgos aun cuando no se aprecien cotidianamente, por ejemplo:

* La volatilidad financiera puede repuntar en cualquier momento con relación al menor papel del dólar de los Estados Unidos como moneda de reserva y transacciones globales. Varios especialistas han advertido ese riesgo, que podría afectar a México, que está inmerso en esa área monetaria.

* Causa importante de ese riesgo es la debilidad fiscal de los Estados Unidos y su creciente deuda pública. Pero las finanzas públicas mexicanas también son endebles, al punto de la insostenibilidad.

* Las amenazas y acciones de los Estados Unidos respecto al comercio con México, el tráfico de drogas y migración pueden repuntar en cualquier momento.

En este entorno el gobierno debería tomar acciones decididas, aprovechando este periodo de relativa calma. Se insiste en el plan México, pero con mucha retórica y poca sustancia. Más bien empuja por la semana de 40 horas de trabajo y la aprobación de la reforma judicial, entre otras cosas perjudiciales para el funcionamiento de la economía.

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