La Cultura de la Paz, Confianza vs. Desconfianza

“La confianza ha de darnos la paz.”

Simón Bolívar

I. Confianza es creer o desear que una persona o un colectivo actuará o reaccionará de una forma determinada ante una situación o acciones definidas.

Es una actitud ante el futuro, en tanto ese futuro depende de la acción de uno mismo, de otra persona, o de un grupo o autoridad. Por tanto, en su estudio hay tres escenarios distintos, el primero se refiere a uno mismo; otro a una visión interpersonal y el tercero a la visión colectiva.

La confianza en uno mismo es la creencia en las habilidades, capacidades y juicio propios.

La confianza en otro implica creer en la integridad, honestidad y buenas intenciones de otra persona, creyendo que actuará de manera conveniente en diversas situaciones, aún en una posición de vulnerabilidad.

La confianza colectiva o generalizada se confiere a otros miembros de la sociedad, se refiere a la creencia compartida de que se puede contar con una forma de actuar responsable y confiable, cumpliendo con sus compromisos y apoyándose mutuamente. Para ganarse o mantener la confianza colectiva los líderes, gobernantes o autoridades deben demostrar honestidad, transparencia y responsabilidad.

La sociedad, el tejido social, la ciudadanía y el pueblo necesitan tener confianza en sus gobernantes y viceversa.

Los gobernantes requieren de la confianza de la ciudadanía, por ello no es causal que la mandataria pida a la ciudadanía que le tenga confianza a ella y a su gobierno, aunque pretende que esa confianza sea ciega, como la que le dispensan los legisladores oficialistas.

II. Desconfianza es un sentimiento a la confianza y surge cuando la duda que nos invade parte de la sospecha que una persona o grupo de personas nos afectan por sus acciones u omisiones, o se disipa la honestidad y aparecen engaños en su proceder, también se presenta ante situaciones y aún en el uso de objetos.

Existen múltiples ejemplos de desconfianza, comentemos algunos de los más impactantes.

Desde el gobierno anterior se hizo alarde de desconfianza a la población civil, particularmente a empresarios y clases medias. Tres casos: 1. Se substituyó a la empresa privada con la asignación a militares de obras de infraestructura; la operación de aeropuertos; de la aerolínea gubernamental; de diversas empresas turísticas, y la operación de las aduanas, entre otras actividades civiles. Ello en detrimento de las responsabilidades que les corresponden a las fuerzas armadas y en perjuicio de la transparencia que debe existir en la obra y el gasto públicos. 2. En el caso de los laboratorios farmacéuticos la desconfianza descarriló el suministro de medicamentos que se tradujo en un desabasto generalizado para los servicios públicos de salud traducido en miles de muertes desde hace siete años. 3. También se demostró desconfianza en las clases medias y se les acusó de querer triunfar a toda costa, como si el deseo de mejorar las condiciones de vida personales y familiares fuera un pecado. Sin embargo, un buen porcentaje de esa clase votó ingenuamente por la actual mandataria.

En los regímenes autoritarios sus gobiernos y autoridades desconfían de todos los ciudadanos como ocurre ya en México. Esa desconfianza es evidente en las recientes modificaciones al marco legal mexicano que otorgan un control absoluto al gobierno para someter a los ciudadanos e imponerles la censura, entre otras cosas.

Es muy probable que la percepción de la ciudadanía sobre la gestión presidencial y del gobierno pierda popularidad y se transforme en desconfianza como consecuencia, entre otras cosas, de la colección de disposiciones legales recién aprobadas, que ha impulsado la presidenta, para que se disponga de los ahorros propiedad de los trabajadores derechohabientes del INFONAVIT; otorgar un control absoluto al gobierno para vigilar a los ciudadanos en diversos aspectos de su vida cotidiana; aumentar la militarización; imponer la censura, y desaparecer el debido proceso y la presunción de inocencia, entre otras novedades que ponen en riesgo la libertad, la privacidad y los derechos fundamentales de todos.

Resulta preocupante que el gobierno de Estados Unidos también tenga desconfianza en la presidenta y sus correligionarios por diversas razones como la reforma judicial; la distorsión de la división de poderes; el avance en la censura, y principalmente por la falta de avances efectivos para combatir a los cómplices y políticos que protegen o están asociados con grupos criminales, entre otros factores.

Además, la mandataria no ha medido las consecuencias de sus dichos, ocurrencias y mentiras en sus monólogos matutinos. Todo ello nos ha puesto en la lista de adversarios de la mayor potencia militar del mundo.

III. Ante la desconfianza hay que considerar, de ser posible, las opciones que se puedan presentar para prepararse y protegerse.

Por ejemplo, organizarse para eliminar y evitar las medidas que ha impulsado el régimen y que se han plasmado en disposiciones legales que nos llevan a la ruina. Todos saldremos perdiendo porque estamos sometidos a un control y manipulación de conciencias en aras de una mayor concentración de poder gubernamental en perjuicio del país, de su tejido social y de nuestro futuro.

Urge que la ciudadanía despierte del letargo y dejadez. Además, parece que no se cuenta con los partidos políticos de oposición, cuyos dirigentes carecen de prestigio, confianza y respaldo social y sólo velan por sus intereses personales, ignoran a sus bases y al pueblo. Es tiempo para que actúen como corresponde y se apliquen en reorganizar a la sociedad civil para oponerse a los excesos del autoritarismo y para recuperar la mayoría en la próxima legislatura.

No puede ignorarse que la presidenta, su gobierno y sus correligionarios han optado por derruir puentes en vez de dialogar; por espiar en vez de escuchar; por polarizar en vez de reconciliar; por imponer en vez de negociar, y por censurar.

La oportunidad de avanzar en el desarrollo nacional para la recuperación económica y la estabilización política, y mejorar las condiciones de un bienestar real para todos, sólo será posible si se recupera la confianza.

* El autor es abogado, negociador y mediador.

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Mail: mediador.negociador@gmail.com

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