La Corporación Financiera Internacional del BM intensifica su inversión en medio de la incertidumbre mundial
Mientras la economía mundial enfrenta la inestabilidad debido a las amenazas del presidente estadounidense, Donald Trump, de una guerra comercial global, la Corporación Financiera Internacional (CFI) incrementa drásticamente sus actividades de inversión.
La CFI, con sede en Washington, el brazo del sector privado del Banco Mundial (BM), moviliza capital privado y proporciona financiamiento para apoyar a las empresas en las economías emergentes.
Aunque no es muy conocida fuera de los círculos de desarrollo, la organización desempeña un papel crucial en la creación de empleo y el apoyo al crecimiento en las regiones menos desarrolladas.
“La economía mundial atraviesa un periodo un tanto turbulento, pero lo que debo decir es que, a pesar de las turbulencias, vemos mucho interés en invertir en los países emergentes”, declaró a la AFP Makhtar Diop, director general de la CFI.
Este optimismo está respaldado por cifras concretas. En el año fiscal que finaliza el 30 de junio, los datos preliminares muestran que la IFC comprometió más de 71,000 millones de dólares, casi el doble de hace tres años y un aumento significativo respecto al récord de 56,000 millones de dólares del año pasado.
La inversión se extiende por todo el mundo: más de 20,000 millones de dólares fluyen a América Latina, 17,000 millones a Asia y 15,400 millones a África.
El dramático aumento es resultado de un cambio estratégico deliberado.
Diop explicó que la CFI se ha centrado en ser “más sencilla, más ágil y delegar la toma de decisiones a nuestros equipos que están sobre el terreno”.
Este enfoque abandona la estructura excesivamente centralizada que anteriormente “ralentizaba nuestra capacidad de responder y aprovechar nuevas oportunidades”.
El momento es crucial. A medida que las economías occidentales retiran la ayuda directa a los países en desarrollo –limitadas por el aumento de la deuda, el aumento de los presupuestos de defensa y una política cada vez más introspectiva–, la CFI ha acelerado su ritmo.
“Es totalmente comprensible que tengan menos recursos para poner a disposición en forma de subvenciones a los países en desarrollo”, reconoce Diop.
Sin embargo, enfatizó que el financiamiento del BM para los países más pobres del mundo sigue completamente repuesto, calificándolo de “la manera más eficiente y mejor de apoyar a los países”.
El papel cada vez más importante de la IFC dentro del Grupo BM es evidente. Hoy en día, su financiamiento casi iguala el apoyo que el banco brinda directamente a los gobiernos, lo que la convierte en un socio igualitario en las iniciativas de desarrollo.