Jubilarse a los 55 años en México

¿A qué edad te vas a jubilar tú, querido lector? Asumo que no eres maestro de la CNTE y que tendrás que trabajar hasta los 65 años o más. En el mejor de los casos, al “final” de tu vida productiva, tendrás un ingreso equivalente a dos tercios de tu ingreso promedio. Probablemente, en ese momento de tu vida productiva deberás conseguir un trabajo para llegar a fin de mes y pagar tus medicinas o las golosinas de tus nietos.

Quizá estés deseando que exista la reencarnación y, en ese caso, anhelas ser profesor afiliado a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación es desconcertante. Ellos tendrán el derecho de jubilarse a los 53 años, en el caso de las mujeres, y a los 55 en el caso de los hombres. La pensión que recibirán será equivalente al 100% del sueldo que tenían en el último año que trabajaron.

Eso ocurrirá en un país que ahora tiene expectativa de vida de 76 años y que, muy probablemente, alcance una expectativa de 80 años dentro de dos décadas. En el escenario más probable, este “universo paralelo” tendrá una pensión por cerca de 25 años, luego de haber laborado 28 años en el caso de las mujeres y 30 años en el caso de los hombres. Esto es difícil de entender. En otros países, se está discutiendo en serio todo lo relacionado con la edad de jubilación. Acá, seguimos viviendo el mito de que somos un país de jóvenes, aunque la demografía nos diga lo contrario.

La decisión anunciada pondrá una presión adicional a las finanzas públicas. De acuerdo al decreto publicado, no sólo se beneficiará a los maestros, sino a los trabajadores al servicio del Estado que están incluidos en el Artículo Décimo Transitorio de la Ley del ISSSTE. Son alrededor de 900,000 trabajadores que decidieron no optar por el esquema de cuentas individuales y permanecieron en el sistema de reparto que existía antes de que se implementara el sistema de Afores.

¿Cuánto costará el acuerdo? El lunes en la mañanera se mencionaron dos cantidades, 36,000 millones y 80,000 millones, pero no quedó claro de dónde salieron los números. En los próximos días, quizá, tendremos estudios actuariales que nos den una idea más clara. La cifra podría ser más cercana a los 400,000 millones de pesos en el largo plazo, estimó el expresidente de la Consar, Carlos Ramírez Fuentes, en entrevista con Sebastián Díaz de El Economista. El momento más duro, en cuanto a requerimiento de los recursos, no ocurrirá en este sexenio, sino en la próxima década. Los próximos dos sexenios.

¿De dónde saldrán los recursos? El gobierno cobra impuestos y puede tomar deuda. Adicionalmente, puede reasignar partidas presupuestales que se podrían dedicar, por ejemplo, a la construcción de infraestructura o a servicios públicos dedicados a niños y jóvenes. Se pone en primer lugar de la lista los compromisos con los trabajadores del Estado y los maestros de la CNTE. En segundo plano se coloca la infraestructura que podría generar crecimiento o los recursos para otros grupos de edad, que también tienen necesidades puntuales: mejores escuelas y capacitación para el uso de las nuevas tecnologías, por ejemplo.

El acuerdo anunciado el lunes es extraordinario, para los profesores y para los burócratas que están incluidos en él. Son 900,000, un número interesante, por supuesto. No es un buen acuerdo para los que estamos fuera de él. Somos decenas de millones.

¿Es justo tener islas de jubilación privilegiadas en un país donde millones de adultos mayores tienen ingresos que no alcanzan para superar la línea de pobreza? De acuerdo a las cifras del recién extinto CONEVAL, 37.9% de la población mayor de 65 años está en situación de pobreza. Esto es alrededor de 3.7 millones de personas, de los cuales 646,000 se encuentran en extrema pobreza. En el otro extremo, tenemos trabajadores petroleros que, como retirados, cobran el 100% de lo que ganaban, a pesar de que Pemex está en quiebra. Extrabajadores de algunas dependencias gubernamentales que tienen jubilaciones más que generosas. No me refiero a los expresidentes, sino a funcionarios de nivel medio o superior en banca de desarrollo, Poder Judicial Federal, sistema de salud y educativo, entre otros.

Algunas lecciones nos dejan estas jornadas que empezaron con la toma de vialidades estratégicas de la Ciudad de México y concluyeron con el otorgamiento de condiciones extraordinariamente generosas para los que protestaron. ¿Es más importante tener la capacidad de estrangular la movilidad en la capital que tener la razón? ¿Quién será el siguiente? ¿Cómo lo tratarán?

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