Jóvenes tardarían hasta 30 años en comprar vivienda sin crédito

Jóvenes tardarían hasta 30 años en comprar vivienda sin crédito

Con el paso de las generaciones, comprar vivienda se ha vuelto más complicado. Si bien, tener un hogar propio es todavía un sinónimo de estabilidad financiera, la realidad económica ha alejado, especialmente a los jóvenes, de cumplir esa meta. 

Los altos costos de los inmuebles, el encarecimiento del crédito, el incremento en el precio del suelo y los niveles salariales promedio han generado un entorno en el que acceder a una vivienda propia es todo un desafío.

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De acuerdo con cifras de la Sociedad Hipotecaria Federal, al cierre del 2024, el precio promedio de una vivienda nueva en México fue de 1.7 millones de pesos, con un crecimiento anual del 9.2 por ciento.

En contraste, un joven con un ingreso mensual promedio entre 15,000 y 18,000 pesos —como lo reporta la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2023— requeriría cerca de 30 años para ahorrar lo suficiente y comprar una vivienda de ese valor sin recurrir a financiamiento, incluso al destinar 30% de sus ingresos exclusivamente a este objetivo, según un cálculo de la proptech Tuhabi.

Así, el crédito hipotecario se presenta como una opción para comenzar a formar un patrimonio, pero también implica barreras significativas.

El enganche suele equivaler a cerca de 30% del valor de la propiedad, lo que implica realizar un desembolso inicial de aproximadamente 600,000 pesos.

A lo anterior se suma que la mensualidad del crédito puede representar un porcentaje muy elevado del ingreso mensual, de 13,000 a 15,000 pesos, lo que afecta la viabilidad de este esquema para miles de jóvenes.

Vivienda usada, una alternativa

Según Tuhabi, más allá del deseo de estrenar, en los jóvenes existe una mayor preferencia por vivir en zonas bien conectadas, con acceso a transporte público, servicios, espacios culturales y centros de trabajo.

Este tipo de ubicaciones, generalmente en zonas céntricas o intermedias, rara vez cuentan con desarrollos habitacionales nuevos y, cuando existen, su precio suele ser considerablemente más elevado. En este escenario, la vivienda usada se ha consolidado como una de las alternativas más solicitadas por los compradores de estas propiedades, ya que tiende a ofrecer una mejor relación costo-beneficio.

“El mercado de vivienda usada representa una oportunidad real para los jóvenes compradores, no solo por los precios más accesibles, sino porque muchas de estas propiedades están ubicadas justo donde quieren vivir: en zonas céntricas, bien conectadas y con vida urbana activa”, comentó Juan Sebastián Sokoloff, vicepresidente de Data y Analítica de Tuhabi.

Según la proptech, en algunas zonas urbanas, el precio por metro cuadrado de una casa de segunda mano puede ser entre 20% y 30% más bajo que un inmueble nuevo, y con ubicaciones mucho más cercanas al corazón de las ciudades, centros de entretenimiento, servicios y redes de movilidad.

De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda (SNIIV), durante el 2024 se originaron 234,000 créditos para vivienda existente y 252,000 para inmuebles nuevos, lo que confirma la tendencia en la demanda de casas de segunda mano.

“Nuestra prioridad es reducir la fricción en el proceso inmobiliario. Sabemos que para muchos jóvenes es su primera experiencia comprando una casa, por eso trabajamos para que tengan la información, las herramientas y la confianza necesarias para tomar una buena decisión”, apuntó Sokoloff.

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