Jorge Bordello y una poesía eléctrica sobre el VIH
La XXI Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen ha galardonado a dos artistas con el Premio de Adquisición, enriqueciendo el acervo fotográfico nacional: Jorge Bordello, por su instalación audiovisual Ejercicios de adherencia, y Sonia Madrigal, por su serie Obra en blanco. El triunfo de Bordello es particularmente significativo, marcando su regreso triunfal al espacio que fue el punto de partida de su carrera hace una década.
Ejercicios de adherencia se presenta como una “pieza multimedia” que trasciende la imagen fija, abordando la compleja y a menudo invisible relación entre las personas que viven con VIH y sus medicamentos. La obra fue elogiada por el jurado por su materialidad y montaje. Ofrece una profunda reflexión que es simultáneamente íntima y colectiva.
La instalación como metáfora visceral
La obra de Bordello consiste en una instalación que integra siete monitores conectados a un sistema central, con cables expuestos deliberadamente. Esta elección técnica no es fortuita, sino una “carta de amor a la historiografía del vídeo” y, sobre todo, una alusión directa al cuerpo.
“Estas pequeñas metáforas, las pequeñas imágenes están conectadas por tripas, tripas eléctricas conectados a un cerebro común, conectados también a otro corazón que tiene la pieza, el vídeo, alojado en una memoria, un poco aludir a la visceralidad del VIH a través de cables y pantallas y además expuestas de una manera no cubierta,” detalla Bordello sobre el montaje.
El proceso creativo se nutrió de la investigación y la convivencia con la comunidad VIH en Tlaxcala, transformando la experiencia personal en símbolos sutiles que aluden a la masculinidad local y al entorno rural, utilizando imágenes como elotes y pestes locales.
La adherencia:
más allá de la clínica
Jorge Bordello aborda la palabra “adherencia” no sólo por su resonancia médica, sino también como una expectativa social y de género impuesta a las personas con VIH.
“Adherencia como una expectativa clínica, pero también, una expectativa de masculinidad, alguna manera permanecer sano, pero también inofensivo. Es algo que se nos pide, se nos reclama mucho a las personas que viven con VIH,” subraya el artista.
Este concepto se extiende a la importancia que el artista otorga al montaje. Para Bordello, la instalación y el formato son la mitad del trabajo, un contraste necesario con “la escala humana, con la distancia, con el campo visual, con el olor, con el color, con la iluminación, con el dramatismo que uno puede adherirle al trabajo”.
Compromiso queer y evolución artística
Tras diez años de carrera, el artista reflexiona sobre su trayectoria. Aunque considera que el gremio fotográfico sigue siendo “muy hermético”, su espacio en el vídeo y la imagen audiovisual le ha brindado un camino de experimentación y apoyo. No obstante, su vínculo más fuerte se mantiene con su comunidad.
“Con cada proyecto me doy cuenta de lo importante para mí que es estar vinculado a mi comunidad, incluso más que el mismo sistema del arte, mientras produzco arte y cada vez me siento más seguro y más acogido por la comunidad y me da gusto poder hacer este tipo de cosas, incluso con la pretensión de representarles,” afirma Bordello.
La obra, ahora parte del acervo del Centro de la Imagen, busca dejar un mensaje a las futuras generaciones de la comunidad queer y del ámbito visual, así como Jorge comparte: “que no le temen a la producción, a los retos y a la experimentación”.
La exposición de la XXI Bienal de Fotografía, que incluye Ejercicios de adherencia de Jorge Bordello y Obra en blanco de Sonia Madrigal, está abierta al público en el Centro de la Imagen hasta marzo de 2026, de miércoles a sábado, en un horario de 11:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 horas, con entrada gratuita. Se recomienda seguir las redes sociales para conocer las fechas de las visitas guiadas y activaciones.
