JOMO, la importancia de la desconexión digital
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Vivimos en una cultura laboral que no solo aplaude la hiperproductividad, sino que alaba la disponibilidad. Decir “no” a una reunión fuera de horario o ignorar un mensaje durante el fin de semana puede interpretarse erróneamente como falta de compromiso. Este escenario ha dado origen a un concepto que desafía las creencias tradicionales sobre el trabajo: JOMO (Joy of Missing Out, la alegría de perderse de algo).
Resistencia al JOMO
Mientras que el FOMO (Fear of Missing Out, el miedo a perderse de algo) nos arrastra a una ansiedad por estar siempre conectados, el JOMO nos invita a abrazar la desconexión. Pero, ¿cómo encaja este concepto en una cultura empresarial que premia la disponibilidad continua? A continuación, exploraremos por qué JOMO es clave para el bienestar laboral. Para comenzar, el término fue popularizado por Christina Crook en 2014, quien sostiene que desconectarse de manera intencional no solo es liberador, sino que nos brinda la satisfacción de elegir lo que realmente importa. En muchas empresas, las interminables reuniones, el bombardeo constante de correos electrónicos y la presión por asistir a eventos de networking son la norma. Sin embargo, esta cultura laboral está alimentando el cansancio crónico, el estrés y el agotamiento mental, factores que, paradójicamente, reducen la productividad. Adoptar el JOMO podría redefinir el concepto de productividad. En lugar de estar ocupados todo el tiempo, los colaboradores podrían concentrarse en lo que les genera valor, a ellos y a la empresa. Este cambio de perspectiva no solo mejora la toma de decisiones, sino que también fomenta una cultura laboral más saludable. No implica hacer menos, sino rechazar aquellas actividades que no contribuyen a nuestros objetivos laborales ni a nuestro bienestar mental. En México, la cultura empresarial se basa en valores como la lealtad, el trabajo en equipo y la dedicación, los cuales, en ocasiones, se confunden con sacrificios personales. Esta mentalidad es una de las principales barreras para la adopción de este principio. El JOMO, por lo tanto, se convierte en un acto de rebeldía: es la forma de decir “No necesito estar siempre disponible para ser valioso. Puedo hacer más, si elijo bien y soy más selectivo”. Para que esto ocurra, las organizaciones deben crear entornos donde se valore más la calidad que la cantidad, y donde la desconexión sea vista como una herramienta para el descanso. Esto no solo mejora la gestión del tiempo, sino que fomenta la resolución de problemas. Tomar descansos ayuda a que el cerebro procese la información de manera más eficiente, reduciendo la sobrecarga cognitiva. Además, al disminuir el estrés, se mejora el bienestar de los equipos, lo que se traduce directamente en un beneficio para las empresas. En lugar de saltar de una reunión a otra, el JOMO nos permite reflexionar sobre las prioridades, asegurándonos de que estamos alineados con nuestros objetivos. Este espacio mental genera mayor autoconciencia, enfoque y creatividad.
¿Cómo pueden las empresas fomentar el JOMO?
Las empresas tienen diversas formas de fomentar el JOMO entre sus colaboradores: – Políticas de desconexión : Establecer normas claras para promover la desconexión fuera del horario laboral y durante los fines de semana, dejando claro que no se espera que estén siempre disponibles. – Priorización de tareas : Fomentar una cultura que valore los resultados sobre las horas trabajadas, ayudando a los equipos a diferenciar entre lo urgente y lo importante. – Líderes como ejemplo : Los líderes deben modelar una cultura de desconexión saludable, enviando mensajes claros sobre la importancia del JOMO. Las empresas enfrentan un reto significativo: cambiar la narrativa de la hiperproductividad y reconocer que el bienestar de sus colaboradores es esencial para el éxito. Esto no es una opción, sino una necesidad para construir espacios laborales más humanos. Practicar el JOMO requiere valentía. Significa decir “no” cuando es necesario, priorizar lo que realmente importa y entender que desconectarse también es avanzar. La alegría de perderse de algo es, en realidad, la libertad de enfocarse en lo que sí importa. ____ Nota del editor: Yunue Cárdenas es CEO de Menthalising. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora. Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión
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