Javier Milei, los claroscuros de su política económica en Argentina
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El presidente de Argentina, Javier Milei, cumplió su promesa de aplicar una terapia de shock a la tercera economía más grande de Latinoamérica con resultados que impresionan a algunos, pero que miles de argentinos resisten en los bolsillos. Uno de los grandes triunfos de Milei y de su ministro de Economía, Luis Caputo, fue bajar la inflación, que alcanzaba niveles de tres dígitos al final de la presidencia de su predecesor, el peronista Alberto Fernández.
En julio de este año, los precios aumentaron 1.9% en julio en Argentina, por encima del dato de junio, para un total de 36.6% interanual, informó el miércoles pasado el instituto oficial de estadísticas Indec. En los primeros siete meses del año, la inflación fue de 17.3%, muy por debajo del 87% del mismo periodo de 2024. Milei, un economista ultraliberal, asumió en diciembre de 2023 con un plan de fuerte ajuste fiscal que incluyó despidos en el sector público, la paralización de obras públicas y la reducción de ministerios. De esa manera, el gobierno celebró en 2024 un 118% de inflación anual frente al 211% de 2023, y el primer superávit fiscal desde 2010. Sin embargo el costo fue una pérdida de poder adquisitivo, empleo y consumo en la población argentina, lo que derivó en protestas y huelgas. “Milei lo logró reduciendo los gastos en 30% al recortar subsidios en el sector energético. Obviamente, eso tuvo un impacto inmediato en los hogares argentinos, que ahora deben gastar más tanto en energía como en sus compras de supermercado”, explicó Hans-Dieter Holtzmann, director de proyecto de la Fundación para la Libertad Friedrich Naumann.
Una reducción con las herramientas del Estado Durante su campaña a la presidencia, Javier Milei criticó con dureza las acciones del Banco Central Argentino e incluso llegó a prometer que eliminaría a este ente regulador al llegar a la presidencia. Sin embargo, ha aprovechado las herramientas que este le brinda para lograr su principal promesa: bajar la inflación.
“El Banco Central sigue donde está, cada vez es más relevante para hacer la política cambiaria, para hacer la política monetaria, incluso hasta la fiscal”, dijo Santiago Capraro, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Para el académico, además, es importante la buena relación que tiene con el Fondo Monetario internacional, algo que no preveía cuando Milei asumió la presidencia de Argentina, en diciembre de 2023. No todo es tan positivo para Milei. “La deuda sigue creciendo. Es decir, se logró controlar el tipo de cambio y con eso anclar las estrategias inflacionales, pero a través de adquirir más deuda. Entonces el equilibrio es endeble”, indicó Capraro. Sin embargo, el presidente tomó ya algunas acciones para tratar de resolver este problema. El presidente anunció el 8 de agosto que prohibirá financiar el gasto público con emisión monetaria, como manera de garantizar el superávit fiscal, tras vetar un aumento a las jubilaciones y las pensiones por discapacidad aprobado por el Congreso. Se trata de una medida “para amurallar el déficit cero y la política monetaria” del gobierno, indicó el mandatario ultraliberal en cadena nacional. “Mi tarea no es parecer bueno, es hacer el bien, incluso si el costo es que digan que soy cruel”, señaló en su alocución Milei.
Una baja en la popularidad
Reformas pendientes Holtzmann halaga los avances obtenidos por el presidente Milei, pero considera que lo complicado vendrá hacia la segunda mitad del mandato del libertario. “En la historia de Argentina vimos con Menem, pero también Macri, ya vimos éxitos bastante cortos con respecto a estabilizar la economía, pero no con una continuación y con impacto a corto y largo plazo. Y eso va a ser importante continuar con la estabilización”, dijo el economista, quien recordó que aunque la inflación bajó mucho en el último año y medio, aún se encuentra a niveles muy altos. El director de Programa de la Fundación Friedrich Naumann señaló que para mantener una economía estable, será necesario buscar aprobar reformas estructurales que afiancen lo logrado por Milei. Algunas reformas estructurales necesarias son la fiscal, con respecto al sistema de jubilaciones previsionales, una reforma al federalismo y reformas en el sector del mercado laboral. Todas ellas, además pueden ser altamente impopulares. Para Ricardo López Murphy, diputado del Congreso argentino por el partido Republicanos Unidos, el partido del presidente Milei ha fallado en explicar cuáles son los planes que tiene para la economía argentina. La imagen pública del disruptivo presidente Javier Milei mostró un descenso este mes en Argentina en medio de crecientes tensiones sociales por los efectos de su plan de ajuste de la economía, lo que podría impactar sobre los comicios clave de medio término que se avecinan.
“Para controlar el gasto y alcanzar el superávit, el ajuste se concentró en las jubilaciones, pensiones y salarios de los empleados públicos. Y cuando hablamos de empleados públicos hablamos de maestros, maestras, médicos y de toda la burocracia estatal”, dijo Capraro. “Entonces es un superávit que se generó, que no lo pagó la casta como dijo que lo iba a pagar, sino que lo están pagando los trabajadores del sector público y los jubilados, los jubilados de Argentina”, aseguró el profesor de la UNAM. Gracias a la drástica baja en la inflación que logró, Milei espera imponerse con autoridad en las elecciones legislativas, para generar confianza entre inversores de que podrá mantener su plan ortodoxo y frenar los intentos del Congreso —hoy en manos de la oposición— de aprobar leyes que comprometan el equilibrio fiscal. Pero el plan podría trastabillar con un resultado adverso. El primer desafío será el 7 de septiembre, cuando el mandatario de la derecha radical enfrente al poderoso peronismo de centroizquierda en su bastión histórico: la provincia de Buenos Aires, el principal distrito del país, con el 40% del total de votantes. Si bien se tratará de una elección para el parlamento provincial —gobernada por el peronista Axel Kicillof—, marcará el tono para los comicios nacionales de medio término en octubre. “La situación en la provincia de Buenos Aires está empardada entre el peronismo y La Libertad Avanza (el partido de Milei)”, explicó a Reuters Shila Vilker, directora de la encuestadora, quien añadió que el espacio del mandatario cuenta con una intención de voto levemente inferior a ese 44% en la provincia. Aunque gran parte de la población reconoce como un logro del Gobierno la baja de la inflación —que caería a cerca del 30% anual este año desde un nivel de tres cifras—, el severo ajuste del gasto público ha provocado amplias protestas, principalmente de pensionados, docentes y médicos, los más afectados. Un reciente sondeo de la consultora D’Alessio IROL/Berensztein mostró que la imagen positiva de la gestión de Milei —quien recientemente visitó barrios pobres de la provincia de Buenos Aires para reforzar su campaña— había bajado al 43% desde el 46% previo, mientras que la negativa creció al 55% desde el 53% anterior.
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