Íconos de Sebastian lucen en San Lázaro
La mañana de este jueves 24 de abril, los pasillos del Palacio Legislativo recibieron al maestro Enrique Carvajal, pues inauguró su exposición escultórica Sebastian en San Lázaro, la cual está distribuida por todo el recinto y podrá ser visitada y admirada por diputados, personal y público externo.
Enrique Carvajal (Chihuahua, 1947), mejor conocido como Sebastian, expresó su emoción por exhibir 14 obras dentro del recinto, “un espacio arquitectónico creado por mi amigo Pedro Ramírez Vázquez”. El escultor afirmó que su lenguaje es la escultura, por lo que está feliz de compartir piezas que ama y que van desde el recreo prehispánico como el Ixtli Don, hasta las piezas más matemáticas y geométricas, pasando por el Chac Mool y El Caballito.
El artista fue recibido por el presidente de la Junta de Coordinación Política, diputado Ricardo Monreal, quien aseguró que la escultura de Sebastian “nunca pasará, no se oculta tras los muros ni se resguarda en vitrinas, su lugar es la calle, la explanada, la glorieta, el cruce de caminos y de avenidas, el espacio público es su soporte natural, porque también es el interlocutor más genuino, la ciudadanía; ahí radica un elemento poderoso, el democrático, porque sus esculturas están hechas para ser vistas por todos, sólo nos detenemos y algo ocurre, nos interpela, la forma nos descoloca y el símbolo nos convoca”.
La escultura monumental es pública
“Sebastian lo ha dicho con claridad y yo coincido, la escultura monumental es democrática, para los ricos y los pobres, para los políticos y los que no lo son, para los ciudadanos libres, por eso tiene sentido que hoy esté aquí en San Lázaro”, completó Monreal durante el recorrido.
Al término, Sebastián permitió algunas palabras con la prensa, él confirmó a El Economista que “el arte monumental urbano es público, es de la calle, es para todos, no cuesta verlo y lo pueden tener todos los seres humanos. Hay la libertad de tomarlo o rechazarlo y eso es maravilloso”, recalcó que es democrático, “yo por eso hago arte público monumental”.
Aunque dijo que no lleva la cuenta de cuántas obras se encuentran distribuidas a lo largo del país, en el mundo están 279 de ellas, aun así, aseguró que lo mejor de su obra apenas está por venir, pues sigue reinventándose.
Agregó que el arte monumental es parte de la historia de la humanidad, “desde las cavernas hasta hoy, el hombre ha sentido la necesidad de poner hitos, íconos en todos los lugares, desde la transformación de la historia del arte y con los romanos, cuando se da el hecho abiertamente arquitectónico y urbanístico, empieza una gran trayectoria del arte monumental urbano, y yo pertenezco a esa familia”.
También aseguró que la política —a propósito del recinto que acoge su obra en este momento— es una cosa, pero la producción del arte es otra, aun así recordó que para el desarrollo de un país el arte es fundamental y eso sí le toca a la política. “Lo vimos hoy, cuando un político habla de sensibilidad plástica y cultural, eso es lo que nos hace falta, que tengamos arte, ciencia, tecnología y política unidos”.
Por último, aseguró que México es productor de grandes artistas, “aquí aparecen como flores en el desierto, somos un país de cultura artística”, pero agregó que “nos hace falta la conciliación con todos los mexicanos y con todo el país”. Finalmente pidió a los legisladores que “tengan pasión por la cultura y el arte, pues eso les va a hacer más grandes de pensamiento y espíritu”.
El Sebastian de los mexicanos
Durante la ceremonia inaugural, previa al corte de listón, el diputado Monreal dijo sentirse contento de que “hoy la visión monumental que nació en el norte de México llega a San Lázaro, no sólo como exposición, sino como acto de afirmación”. Agregó que el arte como la política se inscriben en el tiempo y en el espacio para construir memoria, pero sobre todo para imaginar futuro, “por ello me complace profundamente que hoy nos convoque la obra de un hombre excepcional: Sebastian”.
Recordó cómo Enrique Carvajal, no fue quien adoptó el nombre de Sebastian por vanidad o por capricho. “Fue en la Academia de San Carlos, la más antigua escuela de arte en América, donde un profesor al verlo abstraído, le lanzó una frase que marcaría su destino: `Te pareces al San Sebastián de Botticelli´, y recupero esta anécdota porque es muy notable que años después, esa misma historia diera un giro inesperado, pues no hace mucho tiempo, nuestro amigo Sebastian fue aceptado como miembro honorario de la Academia de Bellas Artes de Florencia, ciudad natal del mismo Botticelli”.
“Ese es un reconocimiento entre muchos, pero Sebastian ha sido premiado en México, en Francia, Corea, Japón, y ha recibido el Premio Nacional de Ciencias y Artes, la Medalla Bellas Artes, y ha sido miembro activo de la Academia de Artes. Pocas trayectorias artísticas en México han estado tan marcadas por una mirada abierta al mundo como la de Sebastián”, agregó el diputado. Detalló que para lograrlo, su formación no fue “insular, sino generosa, rigurosa y universalista”. Recordó que desde muy joven quiso dialogar con las formas de su época, miró a los grandes escultores modernos quienes habían transformado la percepción de lo humano y lo monumental.
Concluyó reconociendo que su verdadera raíz no estaba fuera sino aquí en México, “en esa dimensión profunda de lo prehispánico, un lenguaje estructural. Sebastian encontró en nuestras formas originarias no un motivo decorativo sino una clave de construcción simbólica, no busca fórmulas sino verdad”.