Home office estacional, la opción que cobra fuerza en tiempo de lluvias

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La Ciudad de México enfrentó durante junio una de las temporadas de lluvias más intensas en más de dos décadas. Tan solo en lo que va del mes, han caído más de 44 millones de metros cúbicos de agua de lluvia, un récord no visto en los últimos 21 años, según datos de la Secretaría de Gestión Integral del Agua. Las consecuencias fueron avenidas colapsadas, autos cubiertos por el agua y una operación urbana al borde del caos. Frente a este panorama, el home office estacional comienza a ganar terreno. No se trata de una moda ni de una extensión del esquema postpandémico, sino de una respuesta ante el cambio climático. La idea es sencilla: permitir que los equipos trabajen desde casa durante los días más críticos de lluvias o huracanes, con el fin de proteger su seguridad y mantener la operación sin mayores contratiempos. “Es importante que las empresas adopten estas medidas de trabajo remoto, que eviten el traslado de las personas porque es una situación donde sus colaboradores enfrentan diversos riesgos como accidentes, inundaciones, complicaciones en el transporte público, entre otros”, comenta Alfonso Gutiérrez, socio de Cambio Climático y Sostenibilidad de EY México.

Trabajo remoto por lluvias: necesario y urgente

Pese a ello, muchas organizaciones siguen reaccionando de forma tardía. “Sí ha habido apoyo, pero no en todas las empresas”, explica Olivia Segura, socia de Asesoría en Capital Humano y Gestión del Talento de KPMG México. “Se ha generado empatía para escalonar horarios o permitir que ciertas personas trabajen desde casa, sobre todo en áreas administrativas, pero no hay todavía una política clara o un presupuesto asignado para este tipo de medidas”. Según el estudio Riesgos en México y Centroamérica 2025 de KPMG, solo 38% de las empresas mexicanas cuenta con un plan de gestión de riesgos con escenarios alternos. Además, 31% de los CEOs considera que los eventos climáticos extremos son uno de los riesgos más relevantes a afrontar. Desde una perspectiva de sostenibilidad, el home office temporal también representa beneficios. “Cuando se les exige a las personas que se muevan a un lugar de trabajo exacerban el cambio climático porque la gente se mueve en coche, lo cual genera más gases de efecto invernadero”, señala Gutiérrez. Además, las empresas reducen costos energéticos al no tener que climatizar oficinas durante olas de calor o lluvias torrenciales. También hay consecuencias económicas y de salud. “Si una persona tiene una afectación en alguno de los trayectos, eso se convierte en un riesgo de trabajo para la empresa que se pudo haber contenido por estar trabajando tal vez desde casa […] esos riesgos que se corren en los traslados -que te pueden aumentar una prima de riesgo ante el IMSS- son innecesarios cuando realmente no hay algo que te obliga a estar de manera presencial en el trabajo. Y si sumas el estrés de trasladarse, la preocupación por llegar o salir a tiempo, la afectación en el ánimo es evidente. Todo eso se traduce en menor productividad y mayor rotación”, dice Segura. A pesar de ello, la adopción de esta medida sigue siendo incipiente. Según Segura, muy pocas empresas tienen previsto un protocolo específico para actuar ante lluvias o huracanes. “Lo hemos visto más en organizaciones avanzadas en experiencia del empleado, que personalizan las medidas dependiendo del rol, las circunstancias o incluso el lugar donde vive el colaborador”. El gobierno mexicano, a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), ya ha manifestado apertura a discutir este tipo de esquemas. Aunque no existe una regulación específica sobre el home office estacional, la autoridad laboral ha señalado que la Ley Federal del Trabajo permite acuerdos flexibles entre empleadores y trabajadores, siempre que se priorice la seguridad y el bienestar del personal. Alfonso Gutiérrez refiere que el home office estacional ofrece diversas ventajas. De entrada, es más productivo el día de una persona que no tiene que dedicar dos horas o más al transporte. A ello le sigue la mejora en su calidad de vida y que la misma empresa puede ahorrar costos como energía y aire acondicionado. “Para las empresas es difícil gestionar y saber que las personas estén rindiendo adecuadamente desde sus hogares; sin embargo, también es retador encontrar la forma en que los equipos puedan ser productivos sin minar su calidad de vida, pues trabajando desde casa empiezan el día muy temprano con correos, notificaciones, mensajes y llamadas”, dice el especialista. A su parecer, muchas de las empresas que están asociadas a la manufactura o a grandes servicios reportan sus emisiones de gases de efecto invernadero, y esas emisiones incluyen el transporte de los trabajadores. “La modalidad híbrida puede generar grandes beneficios en el impacto que tienen las compañías en el cambio climático. Además, considerando que existe una obligatoriedad para las grandes empresas mexicanas de divulgar esta información para el 2026, será fundamental adoptar medidas como el home office estacional”, añade. La recomendación para las empresas es usar la información que ya tienen. “Pueden analizar sus reportes de incapacidades y accidentes y ver si hay una correlación con la temporada de lluvias. A partir de ahí, actualizar sus políticas, definir cómo se comunicarán las medidas y a qué población aplican”, sugiere Segura. Para los expertos consultados, es preferible prevenir y no reaccionar. Hacer que el cuidado del talento no dependa del pronóstico del clima, sino de una planeación estratégica que entienda que trabajar desde casa unos días no es una concesión, sino una inversión en resiliencia.

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