Hacienda eleva IEPS a refrescos y tabaco con enfoque sanitario
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En 2026, los mexicanos enfrentarán un nuevo ajuste en los productos que más consumen en su día a día: refrescos, bebidas azucaradas y cigarros . La medida no se traduce en un aumento directo de precio decretado por el gobierno, sino en un incremento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), lo que en la práctica encarecerá su costo final para el consumidor. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) plantea este ajuste como parte del Paquete Económico 2026, con el argumento de que busca promover hábitos más saludables y generar recursos adicionales para atender problemas de salud derivados del consumo de estos productos.
El tabaco también subirá “La mayoría legislativa resistirá” Usuarios rechazan la medida
Para las bebidas saborizadas, Hacienda propone un incremento de 3.0818 pesos por litro, que aplicará incluso a aquellas endulzadas con azúcares no calóricos. Con ello, México refuerza una política fiscal que en años recientes se ha convertido en referencia internacional para desincentivar el consumo de azúcares. Lee también : Dependencias de gobierno con más y menos dinero; así pinta el presupuesto 2026 El golpe más fuerte, sin embargo, vendrá en el tabaco. La tasa ad valorem se elevará de 160 a 200%, acompañada de un incremento gradual en la cuota específica hasta 2030. Durante el periodo de transición —de 2026 a 2029— se incorporarán también nuevos productos, como las llamadas “bolsas de nicotina”, que han ganado popularidad en otros mercados. Los tabacos hechos a mano tampoco quedarán exentos: Hacienda propone aumentar su tasa ad valorem a 32%. En paralelo, el gobierno busca abrir nuevos frentes al establecer un impuesto de 8% a los servicios digitales de videojuegos con contenido violento y aumentar la tasa sobre apuestas, del 30 al 50% del monto total. El objetivo del IEPS es aportar a los ingresos fiscales y regular el consumo de ciertos productos que son dañinos para la salud o el medio ambiente, y este impuesto es uno de los más relevantes para la recaudación fiscal, después del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA). La recaudación por IEPS ya venía mostrando un repunte en 2025. Según los Precriterios de Hacienda, representó 1.9% del PIB y creció 34.8% en términos reales respecto al año previo. Buena parte de ese resultado obedeció a la regularización de estímulos y subsidios en combustibles, aunque el componente no energético se mantuvo estable en 0.7% del PIB. Durante la entrega del Presupuesto, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, señaló que las comisiones y el Pleno cumplirán con las disposiciones para la aprobación, aunque anticipó que se crearán grupos de cabilderos en torno a los aumentos del IEPS a bebidas azucaradas y tabaco. “Estas bebidas y el tabaco han generado estragos en la salud pública”, dijo Monreal Ávila. “Tendremos desde hoy o mañana a los grupos de cabilderos; la mayoría legislativa resistirá porque es conveniente hacerlo”, añadió. En el documento, Hacienda hace hincapié en que el consumo de bebidas saborizadas en el país es elevado y ha contribuido a que 76.2% de la población mayor de 20 años presente sobrepeso u obesidad, condiciones asociadas con enfermedades como diabetes, padecimientos cardíacos, cáncer, osteoartritis y trastornos metabólicos. En tanto, el consumo de tabaco se vincula con el fallecimiento de 63,000 personas al año, debido a efectos en la salud como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer de pulmón, ataques cerebrovasculares y neumoconiosis. La dependencia estima que el costo de atención médica derivado de estas enfermedades asciende a 116,000 millones de pesos anuales. El anuncio no pasó desapercibido en la conversación digital. Un análisis de DiNAMIC estimó que más de un millón 348,000 usuarios estuvieron expuestos o interactuaron con el tema en redes sociales durante los primeros días de septiembre. El sentimiento predominante fue de rechazo: 51.67% de los mensajes criticaron la medida, señalando que golpea de manera regresiva a los hogares de menores ingresos. No obstante, un 41.38% de las interacciones defendió la política bajo el argumento de que México enfrenta una crisis de obesidad y diabetes, y que medidas de este tipo pueden ayudar a reducir el consumo de azúcar. Otro 6.95% se mostró neutral, aportando comparaciones con experiencias internacionales o cuestionamientos técnicos sobre el diseño fiscal. Entre los temas más discutidos destacaron la afectación a la economía familiar, el peso del consumo popular, los argumentos de salud pública, la transparencia en el uso de los recursos y el rol de la industria refresquera, señalada por la dependencia que ha generado en el país.
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