Guía para elegir una estrategia de inversión
A menudo, las personas se preguntan dónde invertir su dinero, dónde se ven las reglas juego y, sobre todo, qué deben saber al leer la letra pequeña de un contrato de inversión. A continuación, se explica todo esto desde una perspectiva clara y detallada.
Existen dos categorías principales de servicios de inversión: los asesorados y los no asesorados. Los servicios asesorados implican que una entidad financiera o un asesor brinde recomendaciones personalizadas al inversor, basándose en su perfil de inversión y el nivel de riesgo de los productos financieros a comercializar.
Por otro lado, los servicios no asesorados son aquellos en los que el inversor toma decisiones sin la guía de un intermediario financiero, asumiendo la plena responsabilidad de sus elecciones y debiendo conocer a fondo las características y riesgos de los productos financieros.
Dentro de los servicios asesorados, se distinguen dos tipos. El primero es el servicio de asesoría de inversiones, que ofrece recomendaciones personalizadas basadas en el perfil del cliente, considerando sus objetivos financieros, conocimientos, tolerancia al riesgo y situación económica. En este caso, se presentan estrategias o productos de inversión adecuados mediante un documento de razonabilidad.
El segundo tipo es la gestión de inversiones, donde la entidad financiera maneja de forma discrecional la cartera del inversor, tomando decisiones en su nombre dentro de un marco autorizado y adaptado a su perfil.
Estos servicios asesorados ofrecen mayores beneficios, especialmente para quienes buscan gestionar su patrimonio de manera estratégica, personalizada y diversificada. Además, están sujetos a un marco regulatorio que protege al inversor, ya que las entidades financieras deben actuar en el mejor interés del cliente, gestionar riesgos y cumplir con una responsabilidad fiduciaria, es decir, una obligación legal y ética para administrar el patrimonio del cliente de manera adecuada.
Por su parte, los servicios de inversión no asesorados incluyen la ejecución de operaciones, que consiste en la recepción, transmisión y ejecución de órdenes de inversión conforme a las instrucciones del cliente. En este caso, la entidad financiera no ofrece recomendaciones ni asesoría, por lo que el inversor debe conocer a fondo las características, condiciones y riesgos de los productos.
Este servicio es para inversores con experiencia o conocimientos suficientes, ya que son responsables de evaluar si las operaciones se alinean con sus objetivos y horizonte de inversión, así como de los resultados de dichas decisiones.
Por último, está el servicio de comercialización o promoción, que ofrece recomendaciones generales para comprar o vender instrumentos financieros no complejos. Dado que no considera el perfil del cliente ni proporciona asesoría personalizada, este servicio es más adecuado para inversores principiantes o aquellos que prefieren evitar riesgos elevados.
En México, estas actividades están reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) mediante las Disposiciones de Servicios de Inversión, cuyo propósito principal es proteger a los inversores y fomentar mercados financieros más transparentes y eficientes.
La elección entre estos servicios depende del perfil, objetivos y experiencia de cada inversor. Mientras algunos prefieren la personalización de un servicio asesorado, otros optan por plataformas de trading digitales o delegar decisiones a asesores experimentados. Lo crucial es que el inversor investigue a fondo la entidad financiera o el asesor, verificando su solidez, experiencia, confiabilidad y regulación. Una inversión bien planificada será clave para alcanzar objetivos financieros y proteger el patrimonio.