Guerrero, Oaxaca y Nayarit, en la cima de crecimiento económico
Durante el inicio de 2025, las economías del sur-sureste del país registraron realidades opuestas, unas resintiendo la coyuntura actual y otras, el término del incentivo de obras federales que catapultaron a la industria de la construcción.
Por un lado, los estados que registraron el mayor incremento anual de su actividad económica fueron Oaxaca y Guerrero, mientras las caídas más pronunciadas se observaron en Campeche, Tabasco y Quintana Roo.
La economía de Campeche enfrentó una contracción del 16.8% interanual durante el primer trimestre de 2025, de acuerdo con cifras desestacionalizadas del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE).
En magnitud de caída le siguieron Tabasco con 12.3% y Quintana Roo con 9.2%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Para Campeche, la disminución de su ITAEE significó hilar cuatro trimestres con variaciones negativas, comportamiento estrechamente vinculado a la dinámica de la industria petrolera y a la producción de Petróleos Mexicanos (Pemex), dijo a El Economista, Héctor Magaña, analista económico y financiero.
“A diferencia de Tabasco y Quintana Roo que mostraron desestabilización tras el impulso temporal de las obras federales como el Tren Maya y Dos Bocas, lo que se observa en Campeche es una contracción estructural vinculada al ciclo petrolero”, ahondó.
La economía de Campeche está muy ligada a la extracción de hidrocarburos, “cuando Pemex ajusta sus niveles de producción o enfrenta limitaciones de inversión, los efectos se reflejan con rapidez en el ITAEE”, explicó.
En tanto, Tabasco registró siete trimestres de contracción en su economía, situación que refleja que ya no se está frente a un “ajuste pasajero, sino ante un estancamiento de carácter más profundo”. Con la construcción de la refinería de Dos Bocas la entidad tuvo tasas de crecimiento económico extraordinarias; conforme la construcción entró en su fase final, la actividad se desaceleró de manera continua.
“Este comportamiento revela las limitaciones de un modelo altamente dependiente de la obra pública, una vez agotado ese motor, Tabasco enfrenta dificultades para sostener su dinamismo, especialmente porque el sector privado aún no logra consolidar inversiones capaces de compensar la pérdida de inercia.
Por su parte, Quintana Roo, con tres trimestres consecutivos de caídas, muestra señales de desaceleración en el turismo, atribuida a una normalización en la llegada de visitantes y una base de comparación elevada respecto a los años recientes.
Además, factores como el encarecimiento de servicios turísticos y cierta saturación en la infraestructura hotelera limitan la expansión del sector, añadió el especialista.
Obra pública
como catalizador
En la parte alta se colocó Guerrero como la entidad federativa de México con el mayor crecimiento del ITAEE durante el primer trimestre de 2025, con una tasa de 8.0% anual.
“Esto está relacionado con los anuncios e inicios de inversión en obra pública para la renovación del puerto de Acapulco y a la reconstrucción de infraestructura tras los daños ocasionados por el huracán Otis a finales de 2023”, confirmó Héctor Magaña.
La llegada de recursos federales dinamizó la construcción y genera mayor demanda de insumos, transporte y servicios, lo que impacta positivamente en los sectores secundario y terciario, detalló.
En segundo lugar se ubicó Oaxaca con un crecimiento de 5.7% en su actividad económica, mientras Nayarit completó el podio con un alza de 4.7%; ambas entidades recibieron un impulso en el sector secundario al albergar obras de ampliación aeroportuaria en Puerto Escondido y Tepic, respectivamente, así como una mayor conectividad carretera con sus destinos de playa.
La obra pública, dijo el analista, tiene un efecto positivo al impulsar el crecimiento en el corto plazo, pero la sostenibilidad de este dinamismo dependerá de que dichas inversiones se traduzcan en infraestructura que potencien las actividades económicas de las entidades, se traduzcan en una diversificación productiva real y cadenas de valor locales más sólidas.