Formar para pensar, no sólo para programar: nueva tendencia en desarrollo del talento digital

Durante años, la formación de talento tecnológico en México ha estado enfocada en lo funcional: que las personas aprendan a usar plataformas, dominar lenguajes de programación o adaptarse a nuevas metodologías. Pero en un entorno digital donde la inteligencia artificial ya automatiza tareas rutinarias, el mayor valor no está en saber hacer, sino en saber pensar.

El 93 % de los directores de recursos humanos de empresas Fortune 500 ya reportan el uso activo de herramientas y tecnologías de IA dentro de sus procesos, según un estudio de Gallup. Este dato confirma que la adopción no solo es tendencia: la IA está redefiniendo cómo se contrata, cómo se gestiona y cómo se trabaja.

La modernización digital avanza rápido y lo hace en todas direcciones: desde cadenas de distribución hasta la banca, pasando por industrias como salud, automotriz o educación. Esto ha provocado una paradoja silenciosa: la tecnología crece más rápido que la capacidad humana para aprovecharla estratégicamente.

Lo que pocas veces se discute es que la verdadera ganancia de productividad no está en automatizar por automatizar, sino en contar con personas capaces de integrar, adaptar y gobernar las nuevas tecnologías.

Pablo Fajer, fundador y director de Codifin, empresa especializada en el desarrollo del talento tecnológico considera que esta perspectiva cobra sentido en la práctica cotidiana; señala que “el desafío actual en nuestro país no es solo formar técnicos que ejecuten, sino cultivar profesionales que piensen críticamente, que comprendan el contexto y que puedan adaptarse rápidamente a un entorno tecnológico en constante cambio”.

De acuerdo con el Foro Económico Mundial, cerca del 50 % de los trabajadores deberán actualizarse en los próximos dos años, y que las empresas que inviertan en upskilling estratégico serán más rentables y resilientes.

En este nuevo paradigma, formar talento se trata de construir equipos con criterio, capaces de colaborar con tecnología —pero no supeditados a ella—, y de enfrentar la complejidad con inteligencia.

A medida que la Inteligencia Artificial transforma los procesos de adquisición de talento, las organizaciones que logren combinar tecnología con pensamiento estratégico construirán un futuro más sólido.

En este escenario, apoyar a los trabajadores a desarrollarse entre habilidades técnicas y humanas será clave para adaptarse a un entorno laboral que ya no evoluciona en décadas, sino en ciclos cada vez más cortos.

(Con información de Francisco de Anda Corral.)

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