Fiestas patrias: Esquites con tuétano, la receta calientita para el antojo

Pocas imágenes son tan familiares en México como un carrito de esquites en la esquina, el vapor escapando de la olla, el tintinear de los vasos de unicel y el chilito del que pica y el que no. Los esquites son más que un antojito: son compañía, la mezcla perfecta entre lo simple y lo delicioso. Desgranados y hervidos con epazote, chile y caldito, tienen ese carácter cálido que da pausa en medio de la ciudad.
El tuétano ha acompañado a la cocina mexicana desde tiempos antiguos, pero en muchos hogares se reserva para caldos o tacos. Su textura cremosa y su sabor profundo lo convierten en un ingrediente capaz de transformar lo cotidiano. Incorporarlo a los esquites no los convierte en un platillo complejo, sino en una versión más intensa, que juega con el dulzor del maíz y lo envuelve con un toque mantequilloso.
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El primer bocado es contundente: el maíz conserva su frescura y dulzura, mientras el tuétano se derrite como mantequilla, dando una capa de sabor que sorprende y reconforta. Es un antojo que mantiene su espíritu callejero, pero con un guiño que lo hace único.