Fenómeno de verano: la lluvia que no refresca y hace que sientas más calor

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Después de una lluvia comúnmente se espera que exista sensación fresca en el ambiente, sin embargo, en ocasiones sucede lo contrario. Se siente aún más caluroso y bochornoso. Esto se debe a un fenómeno climático llamado lluvia convectiva.

Lluvia que no refresca: el fenómeno que hace que sientas más calor ¿Pero por qué se siente más calor? Efecto ‘calor húmedo’ en la salud

Este tipo de lluvia no solo se debe a las características de la precipitación, sino que depende de varios factores meteorológicos, que afectan las capacidades fisiológicas de las personas. Para empezar, la lluvia convectiva se origina por el fuerte calentamiento de las superficies de la tierra, lo que provoca que se evapore la humedad del suelo y aumenta la humedad relativa en el aire. Esto produce que se formen nubes de gran desarrollo vertical, como los cumulonimbos, que están asociadas a tormentas y tornados. Durante la fase de condensación en las nubes, cuando el agua pasa de vapor a líquido, se libera el calor latente que calienta el aire. Después, llueve. Las precipitaciones suelen durar de 30 minutos a una hora. Sucede sobre todo en la temporada de verano y en regiones tropicales y subtropicales, como México. Las personas tienen un mecanismo natural para regular la temperatura corporal, y es el sudor, el cual debe ser evaporado en el ambiente. No obstante, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México explica que la alta humedad reduce la eficiencia de la evaporación del sudor, lo que incrementa la sensación de bochorno en las personas. Además, durante las lluvias convectivas, el viento suele ser ligero o nulo, lo que dificulta más la disipación del calor del cuerpo, según el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) de México. Suele ser negativo a la salud ya que contrarresta la eficiencia del principal mecanismo de enfriamiento de las personas: la evaporación del sudor corporal. Otra forma en la que el cuerpo puede afrontar el aumento de la temperatura es bombear mucho flujo sanguíneo a la piel. Sin embargo, para ello requiere que el corazón tenga que trabajar más y aumente la frecuencia cardiaca, lo que para poblaciones vulnerables, como los bebés, supone una gran carga. Además, la sobrecarga a la que es sometido el organismo para regular la temperatura también afecta a los riñones. Por ello, el calor extremo puede agravar los riesgos para la salud derivados de afecciones crónicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, mentales y respiratorias, así como provocar lesiones renales agudas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La incapacidad para regular la temperatura interna aumenta el riesgo de sufrir un golpe de calor, la principal causa de muerte relacionada con el clima.

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