Fábrica de software

A largo plazo, México contará con una supercomputadora, capaz de realizar 314 billones de operaciones por segundo. Mientras se edifica el Centro Mexicano de Supercómputo, el gobierno federal financiará a académicos e investigadores para que viajen a Barcelona.

¿Y la soberanía digital? Los centros de datos —que requieren inversiones multimillonarias y consumen intensivamente recursos naturales— están en manos privadas. La tarea ha quedado a cargo del Infotec.

Con 51 años de existencia, esta instancia nació como un fideicomiso público del Nafin y Conacyt. En el 2000 fue reconocido como un fondo de información y documentación para la industria y así se mantuvo durante dos sexenios. Hasta finales de la administración calderonista, cuando su presupuesto comenzó a crecer exponencialmente.

Y es que junto con los Estudios Churubusco, esa entidad comenzó a recibir contratos de otras dependencias de la administración pública federal, al amparo del artículo 1 de la Ley de Adquisiciones, que los exime de convocar a procesos licitatorios.

Fueron los primeros contratos de lo que posteriormente se denominó La Estafa Maestra y el capítulo de esa historia comenzó a escribirse en 2014, mediante el convenio modificatorio del contrato constitutivo del fideicomiso.

Antes, en el 2002, con la Ley de Ciencia y Tecnología, los centros públicos de investigación adquirieron autonomía, decisión técnica, operativa y administrativa. De ese estatus también se beneficiaron otras instituciones como el Cide y El Colegio de México, luego estigmatizados durante el lopezobradorismo.

Una década después de su constitución formal, el Infotec generó ingresos por 8,363 millones de pesos, de los cuales 98% provinieron de la venta de bienes y servicios.

Fue el año pasado. El Estado Analítico del Ejercicio del PEF registró egresos por 6,932 millones de pesos, pero la Auditoría Superior de la Federación detectó que pagó 4,897 millones más de lo registrado en su presupuesto modificado, sin efectuar las adecuaciones correspondientes.

Pero justo a mitad del anterior sexenio fue cuando Infotec vivió un boom. En el 2021 registró ingresos por 2,978 millones y para el 2022 alcanzó 4,785 millones; un incremento de 55% que la ASF atribuyó “al aumento de servicios prestados por la entidad, principalmente en clientes del gobierno federal”.

Una cartera de clientes robusta, entre los que destacaban: CFE TEIT, la Secretaría de Hacienda, el IPAB y la Conagua, entre otros.

Infotec, empero, no es rentable. Actualmente cuenta con dos Centros de Datos propios, en Aguascalientes y la Ciudad de México; ambos con la finalidad de garantizar la continuidad de la operación y para evitar la afectación del suministro de los servicios contratados por sus clientes, mayoritariamente el desarrollo, mantenimiento y mejora de los sistemas informáticos.

Hace seis años, Infotec estaba a cargo de la atención tecnológica de las 25 delegaciones de Relaciones Exteriores, de Compranet y del servicio de Telecomunicaciones, Infraestructura Básica, DATA Center y Fibra Óptica para la Oficina de la Presidencia.

Ahora, esas funciones fueron absorbidas por la nueva Agencia para la Transformación Digital, al que está adscrito el Infotec.

alberto.aguirre@eleconomista.mx

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