EU: La economía sin brújula que afecta al mundo

La economía más grande del mundo lleva dos semanas con una parte muy importante de las actividades de su gobierno federal detenidas, algo que afecta mucho más allá de los propios ciudadanos estadounidenses.

El epicentro financiero del mundo es Estados Unidos y sus mercados se alimentan de información, mucha de la cual ahora no está disponible.

No es un momento de estabilidad que anticipe que puede haber un piloto automático que soporte la falta de datos, al contrario, son momentos en los que hay urgencia por conocer los equilibrios entre el desempeño de la economía, con principal interés en el mercado laboral y el comportamiento de la inflación. Y como resultado de ambos, el futuro de la política monetaria.

Cuando finalmente se puedan conocer los datos, que hoy no están disponibles, puede haber una reacción volátil de los mercados.

Se mantiene el flujo de datos del sector privado que dan un panorama del comportamiento económico, pero no hay acceso a datos tan elementales como las Nóminas No Agrícolas, el gasto del consumidor o la inversión empresarial.

La Oficina del Censo, el Buró de Análisis Económico o el Buró de Estadísticas Laborales no despachan todos los datos pertinentes. De hecho, la oficina de datos laborales sí promete publicar la inflación del mes pasado, pero hasta el 24 de octubre.

Entre los que ofrecen un poco de luz que guíe a los mercados están el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, quien adelanta más posibilidades de nuevas bajas en las tasas de interés en algún momento del par de reuniones de decisión de política monetaria que le restan al año.

Con esos dichos y la poca información disponible, el mercado ya descuenta que en la reunión del Comité de Mercado Abierto, en menos de dos semanas, habrá de bajar otro cuarto de punto la tasa de interés.

De hecho, con el panorama a media luz que propicia la falta de información y tras los dichos de Powell ante la Asociación Nacional de Economía Empresarial, está también descontado una baja en la tasa en la última reunión de política monetaria del año, el 10 de diciembre.

Ahora, del lado de lo que agrava las sombras en la economía están las nuevas amenazas arancelarias entre Estados Unidos y China que tiene ahora mismo a las dos potencias en una guerra de vencidas que puede escalar con facturas económicas importantes.

La falta de datos se mezcla con la incertidumbre política y comercial generada desde La Casa Blanca y esto rebasa a Wall Street o la productividad o eficiencia interna; y se convierte en un factor de inestabilidad global, porque el mundo ha tomado como brújula económica a un país, a una potencia, que hoy muestra fallas estructurales internas.

Cuando se solucione la parálisis gubernamental habrá costos que contabilizar, habrá datos que pueden sorprender a los mercados, pero no necesariamente podrá quedar una sensación de estabilidad en el gobierno de Estados Unidos y eso afecta los niveles de confianza en su gobernanza y estabilidad institucional. Eso es un costo global muy elevado.

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