Estrés financiero, cuando el dinero te enferma física y mentalmente

¿Tienes problemas para dormir, ansiedad o depresión por no lograr cubrir tus gastos básicos y deudas crecientes? Es muy probable que estés experimentando estrés financiero.
Según Erika Villavicencio-Ayub, investigadora de Salud Mental y Gestión Estratégica de RH de la UNAM y directora para LATAM en la Consultoría DserOrganizacional, este tipo de estrés no solo afecta tus finanzas, sino también tu bienestar físico, mental y social.
La Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi) revela que al menos el 35% de los mexicanos mayores de 18 años ha padecido malestares físicos derivados del estrés financiero.
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Síntomas físicos y mentales del estrés financiero
El estrés financiero tiene un impacto en la salud, y sus manifestaciones pueden variar. La especialista de la UNAM explica los principales síntomas:
Manifestaciones en la salud física:
- Trastornos del sueño e insomnio: La preocupación constante dificulta el descanso reparador.
- Hipertensión y enfermedades cardiovasculares: El estrés crónico eleva el riesgo de padecimientos cardíacos.
- Problemas digestivos: Gastritis y colitis son comunes.
- Cefaleas (dolores de cabeza) y fatiga: El agotamiento físico es una señal.
- Problemas de presión arterial: La tensión se refleja en la presión sanguínea.
El impacto social del estrés financiero
Para Erika Villavicencio, el estrés financiero no es un problema menor; su relevancia radica en la capacidad de afectar la calidad de vida e incluso la vida misma de las personas. Explica que una persona con estrés financiero tiene una sensación de insatisfacción permanente.
Además, genera tensiones en las relaciones personales con familiares y en otros ámbitos en los que la persona se desenvuelve. No solo eso, dificulta la concentración y la toma de decisiones, lo que inevitablemente tiene un impacto negativo en el rendimiento laboral, académico o en cualquier área de desempeño.
La combinación de estos impactos (salud, relaciones, rendimiento) crea una “bola de nieve” o un “círculo vicioso” donde un problema exacerba al otro. Por ejemplo, el aumento de la depresión puede potenciar los trastornos del sueño, y viceversa, señala la experta.
Ingresos insuficientes y deudas: Los principales desafíos de los mexicanos
La Ensafi revela que 88% de la población con ingresos de hasta dos salarios mínimos mensuales tuvo que endeudarse para cubrir sus gastos, evidenciando que lo que ganaron o recibieron no fue suficiente.
En cuanto a las fuentes de financiamiento, 4 de cada 10 personas recurrieron a familiares y amigos, mientras que el 10% utilizó tarjetas de crédito o solicitó préstamos a instituciones financieras o tarjetas departamentales.
Pero el endeudamiento también se explica por otro tipo de factores más psicológicos, dice Erika Villavicencio-Ayub, como la comparación social en la era de las redes sociales.
“Hay muchas personas que tienen esta moda de compararse con los demás, de aspirar a otro nivel de vida, y lamentablemente, no lo pueden costear, eso aumenta la presión financiera”, explica en entrevista.
Esta comparación social es más visible con las redes sociales, dice. “El punto central es que la falta de educación financiera, cuando no se tienen los conocimientos básicos de cómo administrarse, de cómo tomar decisiones, se traduce en una bomba de tiempo”.
La especialista dice que como seres humanos reaccionamos de manera muy primitiva a los diferentes estímulos que la publicidad pone frente a las personas y las llevan a un gasto constante.
Estrategias para combatir el estrés financiero
Ante esta situación, y como una manera de reducir el estrés financiero, Erika Villavicencio recomienda adoptar un conjunto de estrategias y hábitos respaldados por la economía conductual y las ciencias del comportamiento.
Este enfoque debe ser integral, dice la especialista, e incluir acompañamiento psicológico que permita a las personas comprender los patrones de gasto y fomentar un manejo financiero saludable.
Además, es necesario regresar a hábitos básicos como crear un presupuesto realista y detallado para controlar los gastos, lo cual contribuye a reducir la ansiedad al tomar decisiones más racionales y saber en qué se gasta el dinero.
Otro de los básicos es reducir las deudas, una de las fuentes de este estrés financiero. Puedes negociar con los acreedores, evitar que las deudas generen más intereses y abstenerte de usar una tarjeta de crédito para pagar otra deuda.
La falta de un ingreso suficiente es la raíz del problema de endeudamiento. Por ello, Erika Villavicencio recomienda buscar formas de obtener más dinero sin mermar la principal fuente de ingresos y, de tal manera, que no se convierta en otra fuente de estrés.
Sin exagerar, refiere que la relevancia de entender y trabajar el tema de la salud financiera es tan alta que puede salvar la vida de una persona, dado el alto índice de suicidios asociados a niveles extremos de deuda y estrés financiero.