Estrategias de protección financiera

Uno de los asuntos que más afectan la toma de decisiones de las empresas, es la incertidumbre. Esta no está centrada solo un aspecto, pero si vamos por temas de mayor a menor preocupación, yo empezaría con la incertidumbre relativa al suministro de materias primas, insumos y mercancías; después seguiría con la incertidumbre sobre los precios de los mismos; luego con la incertidumbre de la seguridad legal; la del costo del dinero; la seguridad contra el crimen; por supuesto la inflación; los efectos de las políticas de los diferentes gobiernos en los temas anteriores; etc.

Todo lo anterior afecta las finanzas de las empresas y otras entidades; sin embargo, hoy voy a centrar el comentarios en la incertidumbre financiera y, específicamente, sobre la inflación y la volatilidad de los precios.

Es muy complicado para el administrador de un negocio dar seguimiento a todos los factores que afectan el cambio en los precios, sea por inflación, o por variaciones repentinas en los precios de bienes y servicios o el costo del dinero, normalmente generados por eventos coyunturales, como pueden ser la invasión de un país por otro o las declaraciones incendiarias de algún gobernante.

Lo mejor que puede hacer es buscar elementos de protección contra eventos de naturaleza inesperada. Así como las empresas contratan seguros para la protección de su personal y sus bienes patrimoniales contra eventos catastróficos, también tienen que proteger la continuidad de su operación contra eventos financieros y económicos que la pongan en riesgo.

Entre otras estrategias que la administración puede implementar para protegerse de eventos disruptivos o de alta volatilidad, podemos incluir las siguientes:

Diversificar las fuentes de ingresos, ya sea en la ampliación de bienes y/o servicios que oferta al mercado, o también, mediante la ampliación de los mercados que se atienden, incluyendo la búsqueda de mercados que paguen en otras monedas diferentes a las del mercado original.

Coberturas financieras para proteger a la empresa de incrementos repentinos en los precios de las materias primas, en el tipo de cambio de otras monedas con las que opere o que afecten a la empresa, o en las tasas de interés de los instrumentos de crédito o deuda que utilice la empresa en su operación. Dichas coberturas pueden darse mediante la utilización de instrumentos derivados como son los futuros, las opciones o los swaps. Para esto, como veíamos en el artículo anterior, la empresa deberá asesorarse con expertos en el tema ya que estas coberturas traen implícitos sus propios riesgos financieros.

Buscar celebrar contratos de financiamiento y suministro a largo plazo que aseguren estabilidad tanto en los precios e intereses como en el propio suministro de bienes como de recursos.

Mantener una sana administración de los niveles de inventarios de materias primas, insumos y productos que ayuden a enfrentar situaciones inesperadas, pero que no pongan en riesgo la estabilidad financiera de la empresa por bajas repentinas de precios.

Todo lo anterior debe estar fundamentado por una planificación que incluya la simulación de los diferentes escenarios económicos y el efecto que tenga cada uno en la empresa.

admin