Estados Unidos registra su peor brote de sarampión en tres décadas
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Estados Unidos atraviesa un preocupante brote de sarampión que ya acumula más de 1,000 casos confirmados y al menos tres muertes, según un recuento realizado por la agencia AFP con base en datos públicos. Dos de las víctimas fatales son niños pequeños, lo que convierte a este brote en el más letal desde que el país eliminó oficialmente esta enfermedad en el año 2000 gracias a la vacunación masiva.
“La situación está fuera de control” Críticas al secretario de Salud
El brote se originó a finales de enero en una comunidad menonita en una zona rural de Texas, donde predomina la resistencia a las vacunas por motivos religiosos. Desde entonces, los contagios se extienden por otros estados, pero el epicentro sigue siendo el suroeste del país. Texas concentra el 70 % de los casos, es decir, alrededor de 700 infecciones confirmadas. “La situación está fuera de control”, advirtió a la AFP el doctor Paul Offit, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas en Estados Unidos. El médico considera que se trata del brote más grave de sarampión en el país “en 30 años”. Offit subraya que el sarampión “es la enfermedad infecciosa más contagiosa del mundo y se está extendiendo rápidamente”, y teme que las cifras oficiales estén muy por debajo de la realidad. Según reporta la AFP, personal médico estima que el número real de casos podría rondar los 3,000 o incluso superar esa cifra. El virus provoca fiebre, erupciones cutáneas y problemas respiratorios. En casos graves puede generar complicaciones como neumonía o encefalitis, con riesgo de dejar secuelas permanentes o incluso causar la muerte. Aunque la vacuna contra el sarampión es obligatoria en Estados Unidos, en varios estados —incluido Texas— las personas pueden solicitar exenciones por motivos religiosos o personales. La AFP indica que el uso de estas exenciones incrementó en los últimos años, especialmente tras la pandemia de covid-19, en medio de un clima creciente de desconfianza hacia las autoridades sanitarias y las farmacéuticas. La pediatra Tammy Camp, con base en Texas, aseguró a la AFP que muchas personas infectadas “no acuden al médico por miedo a que les obliguen a vacunarse o porque creen que no se sienten suficientemente mal”. La situación se ve agravada por el despido de miles de trabajadores del Departamento de Salud y los drásticos recortes presupuestarios, lo que dificulta la detección temprana de nuevos contagios, añadió Offit. El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert Kennedy Jr. , es señalado por contribuir a la desinformación sobre el brote. En marzo, declaró en el canal Fox News que la vacuna contra el sarampión causaba “todas las enfermedades que el propio sarampión provoca: encefalitis, ceguera, etc.”. “En otro gobierno se le habría pedido que dejara su puesto antes de que murieran más niños”, expresó Offit, quien cuestionó la permanencia de Kennedy Jr. en el cargo. Según la pediatra Camp, entre la población las declaraciones del funcionario, que oscilan entre minimizar la gravedad del brote, cuestionar la vacunación y promover suplementos como la vitamina A, han causado confusión generalizada. Camp alertó que algunos de sus pacientes presentan síntomas asociados al consumo excesivo de vitamina A, una sustancia útil para tratar cuadros de desnutrición, pero que puede resultar peligrosa si se toma sin supervisión médica. “Cada vez vemos más casos de enfermedades que pueden prevenirse con vacunas”, advirtió, y mencionó también el resurgimiento de la tos ferina como una señal de alarma. Antes de la introducción de la vacuna a inicios de la década de 1960, el sarampión causaba la muerte de cientos de niños al año en Estados Unidos. Aunque el país declaró la erradicación oficial del virus en el 2000, este continúa cobrando decenas de miles de vidas en otras regiones del mundo. Con información de AFP.
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