Enchúlame el acopio: un modelo de reciclaje inclusivo

En México, más de 400,000 personas se dedican al acopio de materiales reciclables, una labor fundamental para la economía circular, pero históricamente invisibilizada. Frente a este reto, Unilever México, en alianza con México Recicla, impulsa la iniciativa “Enchúlame el Acopio”, un programa que busca transformar las condiciones de trabajo de los acopiadores y fortalecer la infraestructura de los centros de reciclaje. En entrevista, Mei Crespo, Head of Communications & Corporate Affairs de Unilever México y Foods LATAM, comparte detalles sobre el impacto de esta acción regenerativa.

“Enchúlame el Acopio” tiene como objetivo fortalecer los primeros eslabones de la cadena de reciclaje a través de mejoras en la infraestructura de los centros y capacitación integral para los acopiadores. En su segunda edición, el programa intervino el centro “Gabo”, ubicado en Ecatepec, Estado de México. Con una capacidad de reciclaje de hasta 480 toneladas anuales, esta planta evita la emisión de 960 toneladas de CO₂ al año, lo que equivale a retirar de circulación unos 210 automóviles.

“Buscamos demostrar que es posible dignificar el trabajo de los acopiadores mientras impulsamos una economía circular más humana y sostenible”, afirma Mei Crespo. La transformación de estos espacios no solo permite mejorar los procesos de reciclaje, sino también contribuir a la salud, seguridad y bienestar de quienes los operan.

La falta de reconocimiento y condiciones adecuadas ha sido una constante para el sector. Por ello, uno de los pilares del programa es la dignificación de la labor del acopiador. Más allá de las cifras -más de 13,000 personas beneficiadas directa o indirectamente en esta edición- el enfoque está en el cambio de percepción social.

“Estamos construyendo orgullo en una profesión esencial. El reciclaje inicia con estas personas, y reconocer su valor no solo mejora sus condiciones de vida, sino que también fortalece sus comunidades”, destaca.

Inclusión y desarrollo integral

Uno de los diferenciadores del programa es su enfoque integral e inclusivo. Además de las adecuaciones físicas, se incorporan talleres en temas como seguridad, buenas prácticas de reciclaje, educación financiera y alimentación saludable. Estos temas, nuevos en esta edición, buscan ampliar las capacidades de los acopiadores para mejorar su estabilidad económica y calidad de vida.

“Incluir temas como finanzas o bienestar no solo promueve un mejor entorno laboral, también apoya el desarrollo personal y familiar de los beneficiarios”, explica la vocera.

El programa mide su impacto no solo en términos sociales, sino también ambientales. El centro “Gabo”, por ejemplo, recicla plástico, cartón, vidrio y aluminio, contribuyendo a evitar el uso de materiales vírgenes. A esto se suma la reducción de emisiones y el impulso a una economía circular que reincorpora materiales al sistema productivo.

Desde 2014, Unilever México no envía residuos a rellenos sanitarios y ha implementado acciones como envases 100% reciclados para productos de Hellmann’s, Pond’s y Angel Face. Además, su planta de aerosoles en Civac, Morelos, es la primera de Latinoamérica con cero emisiones.

Estas acciones reflejan el compromiso de la compañía con la sostenibilidad, pero también con la creación de modelos escalables y replicables. Para la tercera edición de “Enchúlame el Acopio”, se prevén nuevas capacitaciones y mejoras adaptadas a las necesidades específicas de los centros y sus comunidades.

Retos estructurales y colaboración

A pesar de los avances, el sistema de reciclaje en México aún enfrenta desafíos importantes: infraestructura precaria, escasa capacitación y bajo conocimiento sobre la separación adecuada de residuos. Para Mei Crespo, la solución está en la colaboración tripartita entre empresas, gobierno y sociedad civil.

“Iniciativas como esta demuestran que cuando se trabaja en conjunto, se puede transformar un sistema y dignificarlo desde la base. Profesionalizar el reciclaje y educar desde temprana edad son claves para lograr un cambio duradero”, puntualizó Mei Crespo.

Más de 400,000 personas se dedican al acopio de materiales reciclables, una labor fundamental para la economía circular, pero históricamente invisibilizada.

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