En el 2025, el PIB de México crecería 0.7% con todo y la incertidumbre: Barclays
Washington, D.C. La economía mexicana va a desacelerarse este año. Eso nadie lo duda. El asunto es ponerle un número y para Gabriel Casillas, economista jefe para América Latina en Barclays, hay espacio para esperar que el Producto Interno Bruto (PIB) de México registrará un crecimiento de 0.7 por ciento.
Es verdad que va contra expectativa media del mercado que anticipa un avance de 0.2%, según la encuesta de Citi, donde nueve de 36 participantes anticipan una contracción cercana a la que prevé ahora el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero encuentra varios elementos que ayudan a matizar el pronóstico al iniciar el segundo trimestre del año.
“A diferencia de otros primeros años de gobierno, el de la presidenta Claudia Sheinbaum no está presentando un problema de coordinación en el gasto de gobierno porque parte del equipo que estaba en la Secretaria de Hacienda al terminar el sexenio pasado está a cargo en éste. De manera que no tendremos una presión a la baja por esa curva tradicional de aprendizaje”.
Entrevistado por El Economista, en los pasillos de las Reuniones de Primavera del FMI, a las que asistió para encontrarse con inversionistas y funcionarios globales, explicó que a diferencia de las administraciones anteriores, la de la presidenta Sheinbaum no tendrá un error de política que desaliente a los inversionistas como en la gestión anterior fue la cancelación del que sería el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México o como fue el cambio de la fórmula para calcular los subsidios a la vivienda en la administración de Enrique Peña Nieto.
Descartó considerar a la reforma al poder judicial como el error de esta administración, pues a diferencia de AMLO, la Presidenta ha mostrado una posición más amigable con la iniciativa privada.
“No es una reforma positiva y tendrá efectos negativos pero no los vemos en el corto plazo e incluso la elección podría generar un impacto positivo en la economía”, estimó. Podía impulsar un gasto de entre 0.2 y 0.3% del PIB, calculó.
Agregó que no hay indicios de una recesión en Estados Unidos y en Barclays estiman que la economía estadounidense crecerá a una tasa de 1.1% que será suficiente también para generar demanda externa a favor de las manufacturas mexicanas, con todo y la incertidumbre.
Del recorte de tasas
al nearshoring
El estratega consideró que incluso la trayectoria esperada de la política monetaria a la baja ayudará a restar presión a la economía. Anticipó que seguirán recortando en otros 50 puntos base en las reuniones del 15 de mayo y 26 de junio, lo que llevaría la tasa a 8% en el primer semestre.
Previó otros dos recortes de 25 puntos para las reuniones del 7 de agosto y el 25 de septiembre con lo que terminaría el año en 7.50 por ciento. Aún así estaría la tasa en una posición restrictiva. Recordemos que el FMI ha explicado que la política tan restrictiva también ha sido relevante para el menor desempeño de la actividad.
Finalmente habló sobre el comercio y los aranceles. De acuerdo con Casillas, “aún hay vida para el comercio de Norteamérica”.
No se puede morir porque sí están demasiado integradas las cadenas productivas. El presidente Donald Trump ha dibujado la posibilidad de incluir un capítulo nuevo en el acuerdo comercial: uno de seguridad nacional que garantice a Estados Unidos la posibilidad de compartir el espacio aéreo e inteligencia a cambio de mantener el comercio sin barreras y sin tener que lidiar con la disposición de cooperación del Presidente mexicano en turno.
Una vez que inicie la negociación del acuerdo comercial y se refuerce la regla del contenido de origen, seguirá el nearshoring que inició en el primer mandato de Trump, finalizó.