Emprendedor todólogo: Una etapa que detiene el crecimiento

Al iniciar un negocio no se suele contar con un gran equipo, y el emprendedor se ve en la necesidad de hacer de todo, como publicitar, planificar financieramente y atender a los clientes, pero con el tiempo, necesitan delegar; sin embargo, les cuesta dejar la operación.
Coloquialmente se le conoce como ser un todólogo y, en el ámbito empresarial, es común cuando recién inicia un negocio, pero si se prolonga, provoca estancamiento.
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Esto ocasiona un estrés muy fuerte, una sensación de frustración por no sentir un avance en los proyectos y que se estanque”, explica Esperanza Hernández, coach ontológica y educativa.
Cabe mencionar que esta práctica es habitual en los emprendedores mexicanos, porque 36% de las empresas lo funda una persona y 43% lo hacen en pareja, de acuerdo con la Asociación de Emprendedores de México (Asem).
Causas del estancamiento
Ser un emprendedor todólogo consume demasiado tiempo y energía, por lo que es necesario contratar personal. Pero hay casos en que los emprendedores no se sienten listos para soltar la parte operativa y siguen involucrados.
“Si no sueltas un poco el control y no delegas, te conviertes en un cuello de botella. No siempre es fácil soltar el mando, porque estamos en una zona de confort”, comenta Filippo Bonani, cofundador y consultor en OutHand Consulting.
Esto provoca que a largo plazo sea insostenible, porque el negocio corre el riesgo de no crecer; mientras que, a nivel interno, los colaboradores se sienten sin autonomía
Por otra parte, ser una persona multitareas no es saludable, porque el cerebro no puede estar concentrado en más de una actividad e incrementa el estrés, añade Esperanza Hernández.
Además del riesgo emocional, la pasión por emprender disminuye, porque se vuelve más rutinario y aumenta la frustración por no desarrollarse.
Etapas al emprender
Conforme crece el emprendimiento y se vuelve una empresa con una plantilla laboral sólida, con roles claros y una visión al futuro, es necesario haber pasado por tres etapas, menciona Filippo, las cuales ayudan a evitar ser un emprendedor todólogo cuando ya no es requerido.
La primera etapa es cuando se comienza a emprender, en el que el fundador realiza todas las labores y el ser todólogo es normal. En esta fase, es necesario buscar una red de apoyo para no caer en la sobrecarga.
La segunda etapa llega cuando la demanda aumenta y se necesita contratar a más gente. En este proceso, el fundador pasa a ser un gerente que planifica cómo eficientar la operación y se preocupa por el bienestar del personal.
En la última etapa, ya cuenta con personas que gestionan las áreas y por ello, el fundador se enfoca en el crecimiento e innovación de su proyecto. Busca alianzas con otras empresas y expandirse.
Delegar es la clave
Para evitar hacer tareas que ya no le corresponden al fundador, se aconseja hacer cálculos de cuánto tiempo se toma en actividades que no son parte de su cargo. Esto ayuda a que los emprendedores tengan un panorama del uso de sus horas.
“Hay quienes dicen: ‘solo es una hora’. Pero esa hora a la semana ya son cinco y al mes son 20 horas, en las que podrías invertir en el desarrollo del emprendimiento”, puntualiza Esperanza Hernández.
Por eso, comenzar a confiar en el personal es fundamental, para aligerar la agenda. Pero, Filippo Bonani señala que, para tener buenos resultados, es necesario dar un trato equivalente, es decir, dar un pago justo y condiciones adecuadas.