El vino del Papa: tradición vinícola como instrumento de fe

El vino del Papa: tradición vinícola como instrumento de fe

En el corazón del Vaticano, donde la liturgia y la historia se entrelazan, también se cultiva una tradición vinícola que escapa del consumo común y se convierte en un símbolo de espiritualidad y diplomacia. El vino que se bebe en la Santa Sede no solo acompaña los rituales sagrados: es un emblema de siglos de herencia, selección minuciosa y vínculos internacionales que perduran desde la Edad Media hasta los días del Papa Francisco.

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Heras Cordón: el vino español del Vaticano

Desde 2001, la bodega Heras Cordón, ubicada en Fuenmayor, La Rioja, España, ostenta el privilegio de ser proveedor oficial del Vaticano, una distinción que comenzó con el pontificado de Juan Pablo II y se ha mantenido con sus sucesores, Benedicto XVI y Francisco I. Este vino, de producción limitada y uso exclusivo, no está disponible para el público: cada botella es enviada directamente a la Santa Sede.

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Heras CordonCortesía Instagram Heras Cordon

Características principales:

  • Variedades de uva: Tempranillo, Graciano y Mazuelo, tradicionales de la D.O.Ca. Rioja.
  • Producción anual: Cerca de 2,000 botellas.
  • Etiqueta personalizada: Cada una lleva impreso el escudo del Vaticano, el nombre del Papa en funciones y la frase “Misericordias Domini in aeternum cantabo” (“Cantaré eternamente las misericordias del Señor”).

Este vino es utilizado en recepciones diplomáticas, celebraciones oficiales y ocasiones especiales dentro del Vaticano, reflejando no solo la calidad vinícola, sino también la relación espiritual y cultural que el catolicismo ha mantenido con el vino a lo largo de los siglos.

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Vino del PapaInstagram Heras Cordon

Châteauneuf-du-Pape: un legado del papado francés

La historia también se vierte en otra copa: la del Châteauneuf-du-Pape, un vino originario del sureste de Francia que debe su nombre a los Papados de Aviñón en el siglo XIV, cuando los pontífices se trasladaron a esa ciudad francesa. La región, cuyo nombre significa “Castillo nuevo del Papa”, desarrolló una identidad vinícola bajo el auspicio directo de la Iglesia.

Datos clave de este vino histórico:

  • Uvas permitidas: Hasta 13 variedades, como Grenache, Syrah, Mourvèdre y Cinsault.
  • Producción: Más de 12 millones de botellas al año.
  • Perfil sensorial: Vinos potentes, con cuerpo, ricos en taninos, y matices de frutas rojas, especias y hierbas provenzales.

Aunque no se produce en el Vaticano, el Châteauneuf-du-Pape es una constante en el imaginario papal y se mantiene como uno de los símbolos más fuertes de la relación entre la Iglesia y el vino francés.

Castel Gandolfo: el vino propio del Papa Francisco

En años recientes, el Vaticano ha retomado la producción vinícola dentro de sus propias propiedades. En la residencia pontificia de Castel Gandolfo, ubicada en las afueras de Roma, se cultivan uvas Cabernet Sauvignon que, bajo la supervisión del renombrado enólogo Riccardo Cotarella, dan vida a un vino exclusivo para el uso del Papa y su equipo.

Este vino, que lleva la etiqueta oficial de la Santa Sede, se reserva para celebraciones internas y eventos privados, formando parte de la política de sostenibilidad y autosuficiencia impulsada por el actual pontífice.

Vino litúrgico: normas de santidad

El vino utilizado para la celebración de la Eucaristía debe cumplir estrictas reglas establecidas desde el Concilio de Florencia (1438):

  • Elaborado únicamente con uvas maduras,
  • Sin aditivos, conservadores ni azúcares añadidos,
  • Con un contenido alcohólico máximo del 18%.

Estas exigencias garantizan que el vino sea “puro de uva”, en apego a la doctrina católica, lo cual lo convierte no solo en una bebida sagrada, sino en un producto bajo una regulación teológica y no meramente enológica.

El vino en el Vaticano no se elige por moda ni por capricho del paladar. Cada etiqueta, cada cepa y cada botella representa una continuidad histórica y simbólica. Ya sea el riojano Heras Cordón que acompaña los banquetes oficiales, el robusto Châteauneuf-du-Pape que evoca la gloria de Aviñón, o el vino propio cultivado en Castel Gandolfo, todas estas botellas cuentan una misma historia: la del vino como instrumento de fe, cultura y diplomacia.

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