El veto de rutas de EU frena el despegue del AIFA como hub de carga
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La decisión del Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT, por sus siglas en inglés) de revocar 13 rutas aéreas y congelar la expansión de operaciones desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles ( AIFA ) marca un golpe directo a su aspiración de consolidarse como el nuevo centro logístico internacional de México.. La terminal logró consolidarse como el nuevo centro de carga aérea del país tras el decreto presidencial de 2023 que obligó a las aerolíneas dedicadas al movimiento de carga a trasladar sus operaciones fuera del AICM. Actualmente, el AIFA concentra 32% del movimiento nacional, según datos de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC). Pero el impacto del veto estadounidense golpea la confianza de inversionistas y aerolíneas que habían empezado a considerar al AIFA como una alternativa viable para ampliar rutas internacionales. “El problema más grande es para el AIFA porque ya le están quitando negocio”, advirtió Rosario Avilés, especialista del sector aéreo. La analista considera que el revés obliga al gobierno mexicano a replantear su estrategia de diplomacia aérea.
Un veto que expone la fragilidad del modelo y la falta de estrategia
El DOT argumentó razones regulatorias y de cumplimiento de acuerdos bilaterales para suspender las rutas, pero el contexto político entre ambos países también influye. “Lo que puedes hacer es cambiar la regulación para específicamente las aerolíneas estadounidenses, porque eso fue lo firmado en el convenio bilateral”, dijo Avilés. Desde su inauguración en 2022, el AIFA fue concebido como un nodo estratégico de conectividad y logística internacional, capaz de atraer vuelos de carga desde Europa, Asia y Sudamérica, aprovechando la ubicación central de México. Sin embargo, esas metas se han alejado. “Esto repercutirá a México, principalmente al AIFA porque se ve ya muy limitado, muy acotado para poder despegar”, sostuvo Fernando Gómez Suárez, analista del sector aéreo. “Difícilmente con estas medidas podrá llegar a su punto de equilibrio en cuanto a cobertura de costos y recuperación de la inversión, porque pese a los anuncios de que ya era rentable”. El golpe llega, además, en un momento de contracción. En septiembre, el AIFA movilizó 31,076 toneladas de carga, una caída anual de 13.7%, y en el acumulado de los primeros nueve meses del año suma un retroceso de 13.1%. En contraste, el AICM creció 3.3% en el mismo mes, según datos de AFAC. Para Gómez, la suspensión de rutas prolongará la dependencia de subsidios públicos. “Esto nos lleva a pensar que tendrá que ser obviamente subsidiado durante más años, precisamente por la falta de operatividad. Si no tiene operaciones, difícilmente podrá llegar a ser rentable”, añadió. Las autoridades mexicanas habían previsto que el AIFA alcanzara autosuficiencia financiera hacia 2026, apoyado en el crecimiento de la carga y nuevos vuelos internacionales. El retroceso en su volumen y la incertidumbre sobre las rutas con Estados Unidos ponen en duda esa meta. El aeropuerto también enfrenta limitaciones estructurales. “Hay que contar con ciertas condiciones. Uno es la seguridad operativa, otro la financiera, otra las conexiones carreteras, viales, con la urbanidad”, explicó Gómez. “Está muy limitado, por eso a las aerolíneas, al parecer, no les conviene operar desde el AIFA”. Esa falta de conectividad terrestre y la escasa oferta de rutas internacionales reducen su atractivo como hub. “Alguna vez mencionaron que querían convertirlo en un hub, que es un centro distribuidor de vuelos, pero para eso se necesita previamente una estrategia, que nunca la ha habido”, dijo Gómez. La consecuencia inmediata, según el analista, será una nueva concentración del tráfico en el AICM. “La gente al necesitar volar a esos destinos tendrá que venir a los aeropuertos donde sí hay esas rutas y uno de ellos, el principal, es el de la Ciudad de México. Eso podría ocasionar la mayor saturación otra vez del Benito Juárez”, advirtió. Rosario Avilés coincide en que el AIFA debe redefinir su estrategia y asumir un enfoque empresarial. “Yo creo que si el AIFA quiere despegar necesita lo mismo que con Mexicana: hacer un plan de negocios. Eso es lo que se les critica sobre que esté en manos de las Fuerzas Armadas, no porque sean malos, sino porque necesitan una mentalidad de hacer negocio, porque los aeropuertos son negocio y las aerolíneas son negocio”, señaló. Para recuperar competitividad, la especialista sugiere que el AIFA busque alianzas internacionales. “Tienen que salir a vender. ¿Cómo puedes hacer un buen hub de carga? Trabajando con las cargueras en el mundo”, explicó. “La carga no solamente se mueve hacia Estados Unidos. México está en una posición muy buena, estás en la mitad del mundo, entre Norteamérica y Sudamérica, entre Europa y Asia”. Julio Zugasti, abogado del despacho Hogan Lovells, coincidió en que el AIFA podría replegarse a un mercado más doméstico mientras redefine su estrategia. “Se verá mermado tanto el número de operaciones como de frecuencias y pasajeros que involucraría otro tipo de actividades comerciales o turísticas, que posiblemente enfocarían al aeropuerto en el corto plazo a vislumbrar cuestiones meramente locales”, señaló. Para Zugasti, aún hay margen para recuperar atractivo con incentivos. “Sería importante comunicarlo con las aerolíneas que vuelan desde ahí para darle el enfoque que se requiere, no sin antes también mencionar que el atractivo de algún tipo de subsidio o estrategia con la TUA podría llegar a ser considerada por la administración actual”, explicó. La falta de una política aeronáutica integral es otro obstáculo, coinciden los especialistas. “Necesitamos una política de largo plazo. No tenemos una política de largo plazo. Nuestro mercado con Estados Unidos es de 40 millones de pasajeros anuales, es un mercado importantísimo. No lo vas a tirar a la basura”, dijo Avilés. En tanto no se reabra la negociación bilateral y no se generen condiciones operativas y comerciales atractivas, el AIFA podría quedar atrapado en un limbo logístico: sin rutas internacionales y con una demanda interna insuficiente para sostener su crecimiento.
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