El tren de GMXT deja la estación bursátil: OPA cierra etapa en la Bolsa

Grupo México Transportes (GMXT), operador del sistema ferroviario más importante del país, avanza en su salida de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tras iniciar, el 23 de septiembre, una Oferta Pública de Adquisición (OPA) de exclusión por el 8.9% de las acciones en circulación. Con esta operación, la compañía busca cancelar su inscripción en el Registro Nacional de Valores (RNV) y cerrar el ciclo bursátil iniciado en 2017.

El trayecto hacia la OPA comenzó a mediados de año. El 11 de junio, GMXT convocó a una Asamblea General Extraordinaria para votar la cancelación de la inscripción y el desliste en la BMV. La asamblea, celebrada el 27 de junio, aprobó la medida con 97.41% de los votos. Con ese mandato, la emisora quedó facultada para solicitar a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) la autorización correspondiente, y proceder conforme al artículo 108 de la Ley del Mercado de Valores (LMV).

Dicho artículo establece que toda emisora que busque deslistarse debe realizar una OPA ofreciendo al menos el mayor valor entre la cotización de mercado y el valor contable por acción, además de constituir un fideicomiso de pago vigente durante seis meses posteriores al desliste, con el fin de proteger a los accionistas minoritarios.

Bajo ese marco, GMXT fijó un precio de 35.99 pesos por acción, determinado con base en el mayor valor entre la cotización promedio por acción (32.72 pesos) y el valor contable (13.68 pesos), más una prima de 10 por ciento. Este nivel garantiza un trato equitativo a los minoritarios y representa un ligero premio respecto al cierre del 23 de septiembre (35.34 pesos).

La oferta se dirige a 390.9 millones de acciones, equivalentes al 8.95% del capital social. El Grupo de Control —compuesto por Grupo México (72.65%) y Grupo Carso (15.24%)— suma alrededor del 87.9% del capital. Si la OPA capta la totalidad del flotante, el controlador alcanzaría 96.8%, por encima del umbral de 95% requerido para cancelar la inscripción. No obstante, aun sin alcanzar el 100% del remanente, la CNBV puede autorizar el desliste si se supera el 90% y se mantiene vigente el fideicomiso de protección.

El tránsito hacia el desliste refleja tensiones estructurales del mercado accionario. Aunque GMXT opera uno de los sistemas ferroviarios más relevantes de la región y se beneficia del fenómeno del nearshoring, ha cotizado con descuento frente a comparables internacionales.

Mientras Union Pacific, Canadian National y CPKC negocian a múltiplos EV/EBITDA superiores a 12x, GMXT se ha mantenido en torno a 7x. Este rezago se asocia a factores como liquidez limitada, menor cobertura de analistas globales, percepciones de gobierno corporativo menos favorables y un marco regulatorio que no incentiva nuevas emisiones.

A ello se suma la escasez de Ofertas Públicas Iniciales. Desde que GMXT debutó en 2017 con una colocación cercana a 19,000 millones de pesos, no se ha concretado ninguna OPI relevante en la BMV. En contraste, se ha profundizado la ola de deslistes: Aeroméxico, Grupo Lala, Grupo Sanborns, Bachoco, Rassini y BioPappel abandonaron la Bolsa en los últimos cinco años por motivos recurrentes: valuaciones deprimidas, cargas regulatorias y escasa liquidez.

Para los inversionistas minoritarios, la OPA representa la última ventana de liquidez antes de que las acciones pierdan su carácter bursátil. Quienes no acudan permanecerán como socios de una empresa no listada, sin mercado secundario y, por tanto, con menor liquidez.

Para Grupo México, la salida consolida el control estratégico sobre el negocio ferroviario y brinda mayor flexibilidad para decisiones financieras y corporativas, al margen del escrutinio público. La ausencia de requerimientos de divulgación propios del mercado facilitará ajustes de capital y proyectos de inversión con horizontes más amplios.

La salida de una emisora del tamaño e importancia de GMXT implica, sin embargo, una pérdida para el mercado accionario local. Se reduce la oferta de alternativas de inversión en sectores vinculados a logística e infraestructura, justo cuando el nearshoring incrementa la relevancia del transporte ferroviario.

La operación de GMXT cumple con la normativa vigente, garantiza condiciones justas para el público inversionista y cierra de forma ordenada un periodo de ocho años en el mercado bursátil. Pero más allá de lo que representa para la compañía, deja un mensaje contundente para el ecosistema financiero: sin reformas profundas que fortalezcan la liquidez, incentiven nuevas colocaciones y eleven el atractivo de permanecer en Bolsa, casos como este seguirán marcando la tendencia.

El tren de GMXT deja la estación, y con él, una oportunidad para repensar el futuro del mercado accionario en México.

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