El tema energético en la mesa con EU
Tanto el comunicado difundido por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, el pasado sábado 12 de julio, como lo expresado por la presidente Claudia Sheinbaum en la conferencia mañanera de ayer, sobre el contexto en el que ocurrió la publicación de la carta del presidente Donald Trump en la que señala que impondrá un arancel de 30 por ciento a todas las exportaciones de México a Estados Unidos, incluyeron una mención que ha pasado desapercibida para los medios, desde mi punto de vista.
Para pronta referencia, transcribo a continuación la mayor parte del primer párrafo del comunicado del secretario Ebrard, que comenzaba así: “Informamos que el viernes 11 de julio una delegación mexicana de las secretarías de Economía, Relaciones Exteriores, Hacienda, Seguridad Pública y Energía se reunió con los departamentos de Estado, de Comercio y de Energía, además del Consejo de Seguridad Nacional y la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos para instalar la mesa de trabajo permanente binacional en la que serán desahogados los principales temas de la relación”.
Más o menos en el mismo sentido, la presidente Sheinbaum mencionó ayer: “¿Quién participa por parte del gobierno de Estados Unidos? El Departamento de Estado, eh la Secretaría de Comercio o el Departamento de Comercio, el Departamento de Tratados Comerciales, Secretaría de Energía, y Seguridad, y el gabinete de seguridad del presidente Trump…”.
Aparte del hecho notorio de que las conversaciones son coordinadas por el Departamento de Estado, lo que despoja a éstas de un perfil estrictamente comercial, lo que sobresale es la presencia, de ambas partes, de sus respectivas dependencias a cargo de la política energética. El tema no es menor, así como tampoco es algo fortuito. Para empezar, dudo que el gobierno de México esté pretendiendo obtener un trato favorable o acceso preferencial al mercado de los EUA, para los proveedores de energía del mercado mexicano, léase Pemex o CFE.
El escenario alternativo es que fue el gobierno del presidente Trump el que puso en la agenda de esa mesa de negociación el tema energético. Ya sabíamos que EUA ha hecho diversos señalamientos sobre las adecuaciones al marco legal para el sector energético de nuestro país, particularmente las que resultaron de las reformas constitucionales que deshicieron buena parte de la reforma energética de 2013 y que expresamente le dan un papel central a Pemex y CFE, y pretende exceptuarlas de cumplir con el marco legal en materia de competencia económica.
Sendos reportes elaborados por el gobierno del presidente Trump se refieren de manera expresa al sector energía de México como uno donde se han introducido cambios para socavar la participación de empresas privadas, incluyendo las de los EUA o en el que detectan prácticas discriminatorias. Por un lado, está el “Reporte 2025 de la Estimación Nacional de Comercio en Materia de Barreras Comerciales en el Exterior”, dado a conocer por la Oficina de la Representación Comercial de los EUA (USTR, por sus siglas en inglés) el 31 de marzo de este año. Pocos días después, el 3 de abril, la Casa Blanca dio a conocer el “Reporte para el presidente en Materia de la Política Comercial Primero América”. En ambos sobresale la mención del tema energético como uno de preocupación central para el gobierno del presidente Trump.
No se necesita ser adivino para inferir que los representantes de EUA ya pusieron sobre la mesa sus inquietudes sobre la forma en que el gobierno de la presidente Sheinbaum está instrumentando su política energética, y el consecuente nuevo terreno en México para la inversión que empresas de EUA seguramente consideran como más restrictivo que el vigente hasta hace poco, de ahí que los reportes del gabinete de Trump hablen de que se socava la participación de empresas privadas.
Así que el escenario para un buen desenlace para México en el plano comercial, (que no se impongan los aranceles de 30 por ciento), se hace aún más complejo porque además de los aspectos relacionados con los temas de seguridad y combate al tráfico de fentanilo, hay que agregar los señalamientos en materia energética, y en ese rubro, el gobierno de la presidente Sheinbaum tiene poco margen de maniobra, porque la retórica ya fijó los límites para una posible negociación que convenza a EUA. La tienen complicada.
*El autor es economista.