El poder no está en la información sino en lo que haces con ella

Lo más fácil en este mundo es encontrar información buena o mala sobre casi cualquier tema. Claro: mucha de ella es superficial, como los “10 tips” para que “disimular las arrugas” o para hacer cualquier otra cosa.

Podría argumentar que casi todo lo que leemos en publicaciones y los videos que vemos en redes sociales no son datos generados por expertos sino recopilada por redactores o por “influencers” que gozan de gran nivel de atención. Eso no significa que ciertas cosas no puedan ser útiles: de hecho si la gente realmente aplicara algunas de esas cosas (con criterio), podría lograr cambios positivos en su vida.

A pesar de toda esa información que está a nuestro alcance, la realidad es que las personas siguen en la misma situación. Por ejemplo: hay millones de libros, artículos y videos sobre cómo bajar de peso y tener una vida sana. A pesar de ello la gente (al menos en México) está más obesa que nunca.

Así, también hay miles de recursos gratuitos, algunos muy buenos, sobre cómo poner un negocio propio y sin embargo la mayoría de las personas que lo intentan siguen haciéndolo sin tener un plan formal.

Lo mismo cuando se trata de nuestro dinero. Hay muchísimos recursos sobre cómo manejar nuestro dinero o salir de deudas y sin embargo muchos mexicanos, especialmente de clase media, viven ahogados en meses sin intereses.

Información tenemos. Ese no es el problema. Todos la vemos diariamente. Pero pocos la saben utilizar.

A lo largo del camino he escrito columnas sobre cómo empezar a invertir aún si no tenemos dinero (100 pesos o menos). En esos artículos he explicado con nombre y apellido cómo hacerlo, en dónde se pueden abrir cuentas a partir de ese monto. Cuando la gente me contacta me doy cuenta que sólo leyeron el título, porque me hace preguntas pidiendo la información que ya está contenida en esos mismos escritos. Aún así les contesto con gusto y con el ánimo de ayudarlos.

La gente consume información, pero hace absolutamente nada con ella. Lo hace además sin criterio ni distinción de lo que es útil y lo que no. Por eso son muy pocos los que logran resultados.

Hace poco tiempo en X una persona se quejaba de las altas comisiones que cobran los bancos. Le contesté que yo no he pagado una comisión bancaria en años. Añadí: cada vez hay más opciones, pero también hay que saber buscarlas. Además: varias instituciones tienen políticas y promociones que podemos utilizar a nuestro favor. Y si éstas cambian, nosotros podemos cambiar también.

Otra de las cosas de las que me he dado cuenta a lo largo de los años es que las personas se enfocan en obtener información, pero no en su objetivo final: en lo que ellos quieren lograr con esa información. Entonces, por ejemplo, hay quienes leen todo lo que hay que saber sobre instrumentos de deuda o de capitales, pero no saben qué hacer con eso. No tienen claros cuáles son sus propios objetivos de inversión ni cuál es su tolerancia al riesgo.

El conocimiento es poder, sin duda. Tener información es bueno, pero también hay que saber utilizar esa información y cómo aplicarla a nuestra situación particular, para resolver o para alcanzar el objetivo que estamos buscando.

Si perdemos ese enfoque, entonces, tener demasiada información puede ser hasta contraproducente: tantos datos nos confunden, eso nos puede llevar a la frustración o a la inacción.

En resumen: hoy no te falta información. Tienes incluso más de la que puedes procesar. Si no la tienes, la puedes encontrar muy fácilmente. Aunque debes tener criterio y cuidado para poder distinguir la correcta de la falsa o las muchas “verdades a medias” que abundan, sobre todo en aspectos que tienen que ver con el dinero.

Hoy le puedes preguntar casi cualquier cosa a la inteligencia artificial (aunque la calidad de la respuesta depende, en gran medida, de cómo hagas la pregunta y cómo lleves la conversación subsecuente). El poder ya no está en tener información.

Lo que hoy importa es lo que haces con esa información, en cómo la utilizas para tener una vida mejor. Ahí es donde radica el verdadero poder.

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