El nuevo papa León XIV es gringo, agustino, matemático, politólogo y latinoamericanista

Desde que salió el humo blanco de la Capilla Sixtina hasta que se anunció el nombre del nuevo Papa transcurrieron los 10 minutos más largos en los medios de comunicación. Sin duda, la elección de este Sumo Pontífice ha sido la más seguida en toda la historia mundial, no solo porque fue exprés, sino porque el mundo, ahora interconectado, tuvo los ojos puestos en Roma desde la misa “Pro Eligendo Pontífice”.
“¡Habemus Papam!” fueron las palabras que pusieron fin a esa espera y que anunciaron que el estadounidense Robert Prevost se convirtió en el nuevo Papa, quien tomó el nombre de León XIV. “Que la paz sea con vosotros”, fueron las primeras palabras del sumo pontífice, quien hizo su primera aparición pública en el balcón de la Basílica de San Pedro ayer. Un mensaje de fraternidad marcó el inicio de su papado: “Que la paz llegue hasta sus corazones, a sus familias y a todas las personas, así como a todos los pueblos y la tierra”.
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León XIV nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Estados Unidos. Pero el pontífice número 267 de la Iglesia Católica también tiene nacionalidad peruana, país donde ejerció como misionero, párroco, profesor y obispo emérito de Chiclayo, lo que lo convierte en el segundo Papa del continente americano, el primer estadounidense y un latinoamericanista. “Saludo a todos y de modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto y tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”, dijo en su discurso.
Ha dedicado su vida al estudio y la fe, pues en 1977 ingresó en el noviciado de la Orden de San Agustín en la provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo, en San Luis; cuatro años después profesó sus votos solemnes, un juramento a Dios en el que promete dedicar su vida al servicio de los creyentes. Este fue el inicio de varios estudios, pues es licenciado en teología, matemático, abogado en derecho canónico de la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino y politólogo; habla inglés, español, italiano, francés, portugués, y lee latín y alemán.
El elegido para ser el jefe de la Iglesia Católica también es reconocido por su servicio a la comunidad y recibió la orden sacerdotal el 19 de junio de 1982 a los 27 años. En 2018, fue elegido como segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana. Además, el Papa Francisco lo designó como administrador apostólico de Callao en 2020.
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Su desempeño como misionero era muy valorado por Francisco, una cualidad que dejó clara en su discurso: “Sigo considerándome misionero. Mi vocación, como la de todo cristiano, es ser misionero, proclamar el Evangelio dondequiera que uno esté”.
Colombia no es desconocida para el nuevo Papa. Barranquilla lo recibió durante sus visitas como prior general de la Orden de San Agustín (2001 y 2012). Particularmente, su paso por el colegio Liceo de Cervantes marcó su estadía. También estuvo en Medellín cuando era Provincial de los Agustinos.
El nuevo Sumo Pontífice tiene raíces españolas, italianas y francesas
El nuevo Papa es bastante internacional. No solo tiene doble nacionalidad, estadounidense y peruana; es hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y de Mildred Martínez, descendiente de españoles y franceses asentados en Nueva Orleans en el siglo XIX, razón por la cual tiene profundas raíces multiculturales.
Ayer, después de la esperada fumata blanca, salió al balcón de San Pedro en El Vaticano y expresó su afecto por sus raíces españolas y su conexión con los pueblos hispanoamericanos al dirigirse a los fieles congregados con palabras.